La institución diseña y adopta procesos permanentes de evaluación del sistema de recaudación y cobranza de cotizaciones para examinar los resultados de las políticas y los mecanismos de lucha contra los errores, la evasión y el fraude.
La evaluación permanente y sistemática debe basarse en indicadores del rendimiento y en la evaluación de la calidad de los servicios con la participación de los principales interesados y del público. El uso de un modelo normalizado aumenta la capacidad de la institución de comparar su desempeño con el de instituciones de otros países que cuentan con métodos similares de recaudación de cotizaciones.
La evaluación de los resultados permite introducir mejoras en la institución y garantiza la viabilidad del sistema de seguridad social, en particular en caso de error, evasión o fraude.