La pandemia de COVID-19 ha llevado a muchos países de las Américas a adoptar medidas sin precedentes para proteger a su población, principalmente en los ámbitos de la salud pública y la seguridad social.
Como informa la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), los Estados pusieron en marcha una amplia gama de políticas concebidas para proteger a los ciudadanos frente a la pérdida de ingresos cuando las medidas de confinamiento les impedían desempeñar sus actividades económicas productivas.
Estas políticas han sido numerosas y variadas, pero, en general, han consistido en políticas de protección del empleo, movilización de prestaciones por desempleo y creación de programas sociales para proteger a los grupos más afectados por la crisis, como los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores informales.
Según un nuevo estudio de la AISS titulado Respuestas de la seguridad social a la pandemia de COVID-19: Las Américas, la pandemia ha dado lugar a la adopción de medidas específicas y de emergencia para prestar apoyo a las personas vulnerables de la región, por ejemplo:
• prestaciones monetarias temporales pagadas regularmente durante un periodo de tiempo limitado y pagos únicos de importe fijo para ayudar a las personas vulnerables;
• aumentos temporales de prestaciones existentes;
• adelanto del pago de prestaciones para reducir los riesgos sanitarios de las aglomeraciones en los centros de pago;
• relajación temporal de los criterios de elegibilidad y extensión de la cobertura para las prestaciones existentes a grupos de población que anteriormente no tenían cobertura, como los trabajadores informales.
También se ha puesto en marcha una serie de medidas específicas para la población activa. En el caso de los trabajadores afiliados a regímenes de seguro social y de los empleadores, se ha facilitado una mayor flexibilidad en el pago de las cotizaciones en algunos países, en ocasiones con una exención temporal del pago de las cotizaciones. En ciertos países se ha dado un importante paso con la clasificación de la COVID-19 como enfermedad profesional, lo que da acceso a los trabajadores a una mayor protección social. En muchos países se ha prestado ayuda de emergencia a los desempleados y se han reforzado las prestaciones por desempleo.
Estos y otros avances se debatirán en el Foro Virtual de la Seguridad Social para las Américas de la AISS, que se celebrará los días 1 a 3 de diciembre de 2021. Además, se abordan de manera detallada en el próximo informe de la AISS titulado Prioridades para la seguridad social: Tendencias, desafíos y soluciones - Las Américas 2021, que se presentará en dicho evento.
La importancia de las organizaciones de seguridad social y la continuidad de los servicios
No cabe duda de que las organizaciones de seguridad social han desempeñado un papel clave en la aplicación de medidas de emergencia de amplio alcance de manera eficaz y eficiente. De la misma manera, el papel de los proveedores de servicios médicos ha sido fundamental en la aplicación de medidas sanitarias a nivel nacional.
Es importante señalar que todas las instituciones públicas han conseguido seguir prestando sus servicios al tiempo que reducían el contacto físico innecesario con la población a la que atendían. La transición hacia un enfoque digital integrado con intervención humana no solo ha contribuido a la consecución de estos objetivos, sino que también ha servido de modelo para avanzar hacia un sistema de seguridad social más ágil y servicios de mayor calidad.
Para responder a las restricciones relacionadas con el distanciamiento físico, que redujeron significativamente los servicios que podían prestarse a la población, las organizaciones adaptaron sus modelos de prestación de servicios mediante la adopción de medidas como las siguientes:
- un mayor uso de los canales digitales, como los servicios electrónicos, móviles y de datos compartidos;
- el uso de centros de atención telefónica para prestar servicios a las personas que no pueden acceder a los canales digitales, y servicios prestados en el hogar, en caso de ser necesario;
- la flexibilización de la necesidad de acudir a las oficinas y entregar documentos en papel para la presentación de solicitudes y la gestión de las operaciones;
- la redistribución del personal y la adaptación de los procesos para gestionar un volumen de operaciones sin precedentes.
Dos años después
Si bien las organizaciones de seguridad social reaccionaron rápidamente para adaptar sus modelos de prestación de servicios y garantizar la continuidad de los servicios con la mínima interacción presencial posible, los gobiernos nacionales siguen centrando su labor en satisfacer las necesidades de la población en materia de protección social, tanto las existentes como las nuevas, derivadas de la pandemia.
Para la AISS, la importancia de invertir en capacidad institucional (personal cualificado, tecnología, infraestructura y gobernanza) para garantizar la eficacia, el alcance y la puntualidad de las medidas de seguridad social puestas en práctica, es una de las principales lecciones que se pueden extraer de estas experiencias.