Un nuevo informe de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) titulado “La seguridad social en la era digital” aborda la incidencia que tienen las nuevas tecnologías digitales en la seguridad social y cómo se utilizan en este ámbito. El informe se ha elaborado con motivo del Foro Mundial de la Seguridad Social, que tiene lugar en octubre de 2019.
Las tecnologías digitales están presentes en todos los aspectos de la actividad humana: en el modo en el que comunicamos, nos desplazamos, consumimos y buscamos trabajo. La repercusión de las redes sociales, los teléfonos móviles, la inteligencia artificial, los análisis de datos y el Internet de las cosas en la sociedad moderna y en la seguridad social es enorme y seguirá creciendo en los próximos años. “La economía digital ofrece nuevas oportunidades interesantes para mejorar la vida de las personas. Las tecnologías digitales plantean dificultades, pero si las utilizamos con prudencia, nos proporcionan nuevas herramientas para afrontar el futuro”, declara Dominique La Salle, Director del Departamento de Desarrollo de la Seguridad Social de la AISS.
Las tecnologías digitales y la seguridad social: oportunidades y desafíos
Las tecnologías digitales han demostrado tener un gran potencial en diversos ámbitos relacionados con la seguridad social, entre los que se encuentra la atención de salud, la seguridad en el trabajo, la recaudación de cotizaciones y el intercambio de datos. Ayudan a prestar una asistencia oportuna a quienes la necesitan, como las personas de edad con movilidad reducida o las personas con discapacidad, así como a mejorar la calidad de los servicios y la integridad de los procesos operativos, y a reducir los costos de funcionamiento.
Las plataformas digitales, que son un componente fundamental de esta “revolución digital”, crecen rápidamente debido a su escalabilidad, flexibilidad y adaptabilidad. Por una parte, generan nuevas demandas y nuevas oportunidades al hacer coincidir la oferta y la demanda a un bajo costo, y por la otra, transforman el mercado de trabajo al poner en cuestión las formas de trabajo tradicionales y fragmentar la fuerza de trabajo. En este contexto, el aprendizaje permanente y los programas de formación innovadores son indispensables para evitar la supresión masiva de empleos que puede provocar la automatización y la robotización, y dotar a las generaciones de trabajadores presentes y futuras de las competencias adecuadas. Cabe destacar que muchos países e instituciones ya han redoblado sus esfuerzos para hacer frente a esta necesidad.
Por último, si los datos son indispensables para la economía digital, también lo son para la seguridad social. En el marco de sus actividades, las instituciones de seguridad social reúnen una gran cantidad de datos personales de los cotizantes y los beneficiarios, lo que les permite prestar servicios con valor añadido, mejorar el diseño de los programas, e incluso predecir las prestaciones que se solicitarán en el futuro. Por consiguiente, las instituciones de seguridad social deben asegurarse de que comparan la ventaja que aporta el servicio con el riesgo de que los datos recopilados se utilicen de forma incorrecta. El beneficio para la persona debe compensar claramente el riesgo en que se incurre.
Con el objetivo de proporcionar una solución eficaz y oportuna a estos desafíos, las instituciones de seguridad social han de adaptarse a las circunstancias para atender mejor las nuevas necesidades y evitar dos grandes riesgos, a saber el incremento de las brechas en la cobertura y la erosión de la base de financiación. A este respecto, la AISS ha establecido seis áreas de acción prioritarias:
- La seguridad jurídica y la armonización de la situación laboral de los trabajadores de plataformas
- La garantía de la financiación sostenible de los sistemas de seguridad social
- La protección de datos
- La coordinación centrada en las personas
- El desarrollo del capital humano en una perspectiva a largo plazo
- La portabilidad