Entrevista con Alexander Burz, Director General Adjunto de los Fondos de Seguros Sociales (Dachverband der Österreichischen Sozialversicherungsträger) de Austria, tras recibir la Mención Especial de la AISS a la Innovación para Europa.
Los Fondos de Seguros Sociales de Austria han recibido la primera Mención Especial de la AISS a la Innovación para Europa por su buena práctica titulada “La receta electrónica: un servicio completamente digitalizado”. El premio fue otorgado con ocasión de la ceremonia de entrega del Premio de Buenas Prácticas de la AISS en el marco del Foro Regional de la Seguridad Social para Europa, que tuvo lugar en Oporto (Portugal). En la entrevista, Alexander Burz describe las ideas en que se basa el sistema de receta electrónica de Austria, su funcionamiento y la fuente de inspiración que podría ser para otras instituciones.
¿Qué significa para su institución recibir la primera Mención Especial de la AISS a la Innovación para Europa?
Quisiera dar las gracias a la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) y al Jurado Internacional por habernos concedido este premio. Es una gran oportunidad para concienciar acerca de la importancia de la innovación en el ámbito de la seguridad social. A nivel nacional, a menudo nos vemos atrapados en las actividades cotidianas de nuestro sistema de seguridad social de múltiples interesados. El premio reconoce todos los esfuerzos realizados y los resultados logrados.
¿Qué motivó a su institución a ofrecer un servicio completamente digitalizado mediante la expedición de recetas electrónicas?
La receta electrónica, o “e-Rezept” en Austria, no solo constituye un medio electrónico de expedir recetas. Adoptamos un enfoque integral cuyo punto de partida es la receta prescrita por el médico. Viene a continuación el envío de datos a nuestro sistema de tarjeta electrónica, la distribución de los medicamentos por las farmacias y, por último, el sistema de contabilidad. Los médicos siguen utilizando sus herramientas informáticas habituales para recetar los medicamentos, pero las recetas electrónicas se almacenan ahora en la base de datos central del seguro social austriaco, a saber, el sistema de tarjeta electrónica.
En última instancia, todas las partes interesadas implicadas en el proceso ―pacientes, médicos, farmacias e instituciones de seguridad social— se benefician de este sistema más accesible, eficiente, transparente y exento de fraude. Cabe señalar que emitimos más de 70 millones de recetas al año gracias a este proceso extremadamente eficaz.
¿Cuál es la repercusión principal de la receta electrónica a nivel individual, institucional y nacional?
Para nuestra población asegurada, el proceso de receta electrónica es muy fácil de usar. Todas las recetas están almacenadas de manera centralizada en el sistema de tarjeta electrónica, y el paciente recibe una receta electrónica que funciona como un bono. Los pacientes también pueden acceder a sus recetas por medio de la tarjeta electrónica, de las aplicaciones puestas a disposición por las instituciones de seguro social o de su identificador personal de receta electrónica.
Además, también se pueden recoger fácilmente los medicamentos prescritos a terceros. Las recetas prescritas a los coasegurados menores de 14 años pueden consultarse mediante las aplicaciones de las instituciones de seguro social. La emisión de un poder para los servicios del seguro social autoriza al representante a acceder a las recetas por medio de las aplicaciones. Por otra parte, el código o el identificador de la receta puede transmitirse a una persona de confianza para que recoja los medicamentos. Además, las recetas electrónicas pueden expedirse en el marco de servicios de telemedicina.
Si bien el sistema se diseñó para todas las recetas cubiertas por el seguro social, las recetas privadas también pueden expedirse y tramitarse electrónicamente, y la mayoría de los médicos y las farmacias ya utilizan nuestro sistema electrónico para las recetas privadas. Esta práctica confirma que el proceso está bien elaborado y funciona.
Otra ventaja que cabe señalar es que el proceso de contabilidad entre las farmacias y las instituciones de seguro social está ahora completamente automatizado y funciona sin papel, lo que reduce la carga administrativa.
¿Cómo puede inspirar su buena práctica a otros países y allanar el camino para una mayor eficiencia en la seguridad social en Europa y en otras partes del mundo?
Esperamos que esta iniciativa sirva de inspiración y que pronto se disponga de un sistema de receta electrónica en toda la Unión Europea. Pese a que la buena práctica se centra únicamente en el proceso de prescripción y no aborda todos los demás aspectos del sistema austriaco, nuestro enfoque integral también podría ser de interés para otros países.
Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta que las condiciones varían de un país a otro. En Austria, el sistema de receta electrónica se basa en la arquitectura del sistema de tarjeta electrónica. Sin esta red que vincula a todos los médicos, farmacias e instituciones de seguro social, el proceso debería funcionar de otra manera.
La digitalización de procesos implica la valoración de su repercusión en los procesos organizativos de las partes interesadas implicadas. De este modo, todos se sienten incluidos en el cambio.