Entrevista con B.J. Memela-Khambula, Directora Ejecutiva de la Agencia Sudafricana de Seguridad Social (South African Social Security Agency – SASSA), con ocasión del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2024.
¿Cuáles son, en tu opinión, los obstáculos más importantes para la igualdad de género en la actualidad?
Sudáfrica, como país en desarrollo con altos niveles de pobreza, desempleo y desigualdad, se enfrenta a importantes desafíos, entre los que se encuentran los grandes obstáculos para la igualdad de género en la actualidad. El acceso al empleo y a las oportunidades de financiación es limitado, en particular para las mujeres. Las que tenemos la suerte de tener un empleo debemos hacer frente a prejuicios y estereotipos de género, y la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un impedimento considerable.
Alrededor de 3,4 millones de personas de entre 15 y 24 años, la mayoría de ellas mujeres, no trabajan y tampoco estudian ni siguen una formación. En consecuencia, la gran parte de los beneficiarios de nuestros Subsidios de Apoyo a la Infancia (Child Support Grants) y de los Subsidios Especiales de Ayuda de Emergencia (Special Relief of Distress Grants) son madres de entre 18 y 35 años. El acceso limitado de las mujeres a la formación y a las oportunidades de desarrollo reduce los efectos de la transformación en la que estamos inmersos como país. La tasa de abandono escolar en el caso de las niñas es elevada, principalmente porque se quedan embarazadas, por lo que la tasa de analfabetismo es también más alta entre las mujeres.
El acoso sexual y la violencia afectan a las mujeres y a las personas que pertenecen a las minorías de género, quienes sufren acoso, discriminación y abuso de manera frecuente. Las estadísticas de delitos de violencia de género exigen que sigamos trabajando para cambiar las conductas sociales y la cultura para afrontar esta lacra intolerable.
Cuando escuchas el lema de este año "Invertir en las mujeres", ¿qué posibles medidas te vienen a la mente para acelerar el progreso?
La desigualdad de género es un obstáculo importante que impide conseguir un desarrollo más sostenible e inclusivo. En mi opinión, el lema “Invertir en las mujeres” hace referencia a la creación de oportunidades para que las mujeres desarrollen al máximo su potencial. Por consiguiente, es fundamental que las mujeres sigan avanzando en su desarrollo y crecimiento.
Mi objetivo es que las mujeres que trabajan en la SASSA, en particular las mujeres jóvenes, estén altamente cualificadas y formadas, y tengan las capacidades necesarias para asumir puestos de liderazgo. Ya he puesto en marcha el programa de liderazgo “Legado de la mujer” (Women in Leadership Programme o Women Legacy Programme) y he solicitado apoyo para la financiación, la tutoría y el desarrollo académico a la Duke University, donde ya han recibido asistencia 13 mujeres jóvenes.
He dedicado tiempo y esfuerzo a instaurar una mentalidad y un enfoque de liderazgo colaborativo, con el fin de establecer asociaciones, repartir la toma de decisiones, garantizar una responsabilidad compartida y ofrecer servicios eficaces a nuestros beneficiarios, a las comunidades y al país. Todo lo anterior se asienta sobre un contexto en el que prima la ética, el cumplimiento y la lucha contra la corrupción, y en el que se adopta la tecnología como un medio para prestar servicios de asistencia social eficaces a nuestras comunidades.
Las mujeres deben crear redes de apoyo. Tengo el convencimiento de que si las mujeres cuentan con orientación y asesoramiento se sentirán respaldadas en el lugar de trabajo. Por este motivo dedico especial atención a las mujeres.
¿Cómo puede el sistema de seguridad social de Sudáfrica reforzar su papel facilitador en la igualdad de género?
Nuestros programas de asistencia social ya están orientados a las mujeres, dado que el 97 por ciento de los beneficiarios de los Subsidios de Apoyo a la Infancia son mujeres que proveen cuidados, el 54 por ciento de los Subsidios Especiales de Ayuda de Emergencia para que las personas desempleadas hagan frente a la COVID 19 se destinan a mujeres, el 49 por ciento de las prestaciones de invalidez van a parar también a las mujeres y, por último, el 64 por ciento de las prestaciones de vejez se pagan asimismo a mujeres.
El mejor sistema de seguridad social que un país puede ofrecer a su población en edad de trabajar es aquel que permita a las personas cubrir tanto sus necesidades como las de las personas a su cargo. Son sobre todo las mujeres quienes asumen la responsabilidad de mantener a sus familias. En este sentido, mi propósito es establecer asociaciones con instituciones centradas en la educación y el desarrollo. Gracias a la colaboración actual con el Plan Nacional de Ayudas Económicas para Estudiantes (National Student Financial Aid Scheme – NFSAS), se ofrece ayuda económica a estudiantes de familias con pocos recursos que ya han realizado el examen de conclusión de los estudios de enseñanza secundaria y han sido aceptados en instituciones de enseñanza superior. De esta forma, nuestros beneficiarios pueden acceder a esta formación automáticamente. En el futuro debemos difundir más ampliamente este tipo de colaboración para que un mayor número de beneficiarios conozcan esta prestación mucho antes incluso de terminar sus estudios de enseñanza secundaria.
En el marco de este cambio de política, debemos invertir en la alfabetización financiera para que las mujeres acepten las operaciones sin efectivo o con dinero móvil, también con el objetivo de normalizar en la sociedad esta forma de proceder, que permite reducir los costos de transacción y los costos de viaje, y aumenta la seguridad.
¿Cuál es tu mensaje a todos los miembros de la AISS con motivo del Día Internacional de la Mujer?
A fin de mejorar la vida de las niñas y de las mujeres debemos invertir en ellas. En mi opinión, el punto de partida para lograrlo es fomentar el desarrollo de su fuerza mental y de su capacidad intelectual. Es necesario tener conciencia de las distracciones, las inseguridades y las falsas creencias para poder superarlas.
Me gustaría que las mujeres priorizaran siempre su autocuidado y su bienestar. Asimismo, como mujeres, es esencial que creemos entornos emocionalmente seguros para que nuestras familias y compañeros de trabajo se desarrollen y prosperen.
Además, para las mujeres es fundamental establecer redes de apoyo en las que puedan basarse para crear relaciones que les permitan crecer personal y profesionalmente.
Por último, animo a las mujeres y a la juventud a buscar la independencia financiera, para lo que deben aprovechar las oportunidades de alfabetización financiera y de desarrollo de la autonomía.