La Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (European Network for Workplace Health Promotion (ENWHP)) define la promoción de la salud en el lugar de trabajo como “aunar los esfuerzos combinados de los empresarios, los trabajadores y la sociedad para mejorar la salud y el bienestar de las personas en el lugar de trabajo”.
Esta definición se basa en la Declaración de Luxemburgo (1997) elaborada por los miembros de la ENWHP. Describe la promoción de la salud en el lugar de trabajo como “una estrategia empresarial moderna que aspira a la prevención de los riesgos profesionales (incluyendo enfermedades relacionadas con el trabajo, accidentes, lesiones, enfermedades profesionales y estrés) y aumentar la capacidad individual de la población trabajadora para mantener su salud y calidad de vida”.
Según la Declaración de Luxemburgo, esto se puede conseguir:
- mejorando la organización y las condiciones de trabajo;
- promoviendo la participación activa;
- fomentando el desarrollo personal.
La naturaleza integral de esta definición de promoción de la salud en el lugar de trabajo ampliamente aceptada (europea), no es única. En 2004, la Unidad de Comunicación del Centro de Promoción de la Salud de la Universidad de Toronto, describió la salud en el lugar de trabajo como “un enfoque para proteger y mejorar la salud de los empleados inspirado y basado en los esfuerzos de los empleadores por crear una administración que brinde apoyo a partir de los esfuerzos de los empleados a favor de su propio bienestar”. Asimismo, el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades indica que los programas de salud en el lugar de trabajo “hacen referencia a una serie coordinada y completa de estrategias que incluyen programas, políticas, prestaciones, ayudas del entorno y vínculos con la comunidad diseñados para satisfacer las necesidades de salud y seguridad de todos los empleados”.
Algunos ejemplos de componentes y estrategias de programas de salud en el lugar de trabajo incluyen:
- clases de educación sanitaria;
- acceso a infraestructuras locales de ejercicio físico;
- políticas de empresa que promueven comportamientos saludables, como un entorno libre de tabaco;
- una cobertura de seguro de enfermedad para los empleados con exámenes de preventivos adecuados;
- un entorno de trabajo saludable creado por medio de acciones como la puesta a disposición de alimentos saludables por medio de máquinas expendedoras o de cafeterías;
- un entorno de trabajo exento de amenazas reconocidas para la salud y la seguridad y una capacidad de identificar y resolver problemas a medida que surgen.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la necesidad de un enfoque integral de esta índole:
“El concepto de promoción de la salud en el lugar de trabajo se torna cada vez más pertinente a medida que las organizaciones privadas y públicas reconocen que en un mercado mundial el éxito sólo puede alcanzarse gracias a una mano de obra sana, cualificada y motivada. La promoción de la salud en el lugar de trabajo puede garantizar un equilibrio flexible y dinámico entre, por un lado, las expectativas de los clientes y las metas de las organizaciones y, por otro, las aptitudes y necesidades de los empleados en materia de salud lo cual puede ayudar a las empresas y organizaciones a competir en el mercado. Para las naciones, la promoción de la salud en el lugar de trabajo será un requisito para el desarrollo social y económico”.
Uno de los rasgos más positivos de la promoción de la salud en el lugar de trabajo es el hecho de que muchos grupos puedan contribuir a ella y de que no se limite, o no deba limitarse, a un único grupo.
Wynne en 1990 observó este hecho y adaptó al entorno de trabajo los cinco principios de promoción general de la salud basados en el modelo ecológico de la salud elaborado por la OMS en 1984. Wynne afirma que la promoción de la salud en el lugar de trabajo “apunta a las causas determinantes de la mala salud, combina diversas maneras de abordarlas, propone una participación efectiva de los trabajadores, y no es principalmente una actividad médica, sino que debe formar parte de la organización del trabajo y de las condiciones laborales”.
La promoción de la salud en el lugar de trabajo se superpone y está estrechamente vinculada con los programas de regreso al trabajo basados en la idea de intervenciones proactivas y de mantenimiento del empleo. Este enfoque integral se destaca en algunas de las directrices siguientes, basadas en las Directrices de la AISS sobre el Regreso al Trabajo y la Reintegración. En todo el mundo, las instituciones de seguridad social que combinan las estructuras y mecanismos de promoción de la salud en el lugar de trabajo con el regreso al trabajo ofrecen modelos de buenas prácticas y sus servicios de atención integral satisfacen en particular a la pequeña y mediana empresa. Las Directrices de la AISS sobre la Prevención de Riesgos Profesionales también deben formar parte de este servicio completo destinado a las empresas y a los particulares.