El análisis del presupuesto de riesgo se efectúa para entender mejor el nivel de riesgo de inversión que se asume y cómo puede gestionarse, y para determinar una asignación estratégica de activos adecuada, considerando el presupuesto de riesgo establecido (como se trata en la Directriz 7).

El gasto del presupuesto de riesgo permite que la institución inversora determine una asignación estratégica de activos adecuada, considerando el presupuesto de riesgo disponible, las hipótesis de las inversiones, las restricciones a las inversiones y a los pasivos, y la política de financiación.

La utilización del presupuesto de riesgo como se esboza aquí, debería distinguirse de la inversión dinámica (Directriz 12). Por ejemplo, la inversión dinámica puede dar lugar a una decisión de compra de acciones en base a una opinión de que su precio es ventajoso en la actualidad; tal decisión puede no concordar con una opinión a largo plazo para reducir la exposición a la renta variable, debido al vencimiento del pasivo. Estas decisiones deberían tomar en consideración las estrategias orientadas a reequilibrar los niveles de riesgo (como se trata en la Directriz 13).