El sistema de gestión del desempeño está en consonancia con la transición digital de la institución y aprovecha las tecnologías y el análisis de datos disponibles. Las áreas que hay que modernizar de forma prioritaria son la capacidad del sistema para identificar y analizar las carencias de competencias, desarrollar proactivamente el potencial del personal y utilizar datos empíricos para elaborar un plan individual de desarrollo profesional para cada empleado, así como la capacidad del sistema para hacer un seguimiento de la contribución de un empleado a los proyectos colaborativos y a la labor de los equipos multidisciplinarios, además de cumplir sus responsabilidades individuales.
Las Directrices sobre la Buena Gobernanza ofrecen más información sobre la creación de programas de desarrollo del personal.