Un marco de gestión de los riesgos claramente definido y documentado respaldará el plan estratégico. Este marco consiste en una serie de principios, políticas, procesos, funciones y responsabilidades debidamente coordinados, así como en la infraestructura necesaria para orientar las acciones de la institución a la hora de hacer frente a los riesgos. Además, facilita la determinación, la evaluación, la mitigación, el tratamiento, la vigilancia y la comunicación oportuna de los riesgos y su incidencia. El director general marcará la pauta y predicará con el ejemplo al fomentar y reforzar la cultura del riesgo de la institución.