En estas Directrices se abordan y se ofrecen distintas opciones, así como un marco de referencia para asegurar la continuidad de los servicios y la aplicación de medidas de emergencia en periodos de interrupción de la actividad debido a crisis y eventos extremos. También se proporcionan enfoques para mejorar y aumentar la preparación, la capacidad de respuesta y la resiliencia de las instituciones para poner en marcha nuevos programas basados en nuevas políticas de seguridad social dentro de un plazo definido.

El objetivo principal de las Directrices es ayudar a las instituciones de seguridad social a:

• seguir prestando servicios esenciales durante las crisis o los incidentes que provoquen interrupciones;
• minimizar los efectos de los incidentes y las crisis en la institución, en sus servicios, sus activos, su personal y su reputación;
• restablecer la normalidad en todas las funciones y procesos con rapidez y sin contratiempos;
• aplicar con rapidez medidas de seguridad social para brindar apoyo a los usuarios y a la población en general;
• mejorar la preparación de la institución para hacer frente a las crisis y los incidentes por medio de sistemas de información, recursos humanos y medidas de emergencia adecuados, entre otros; y
• mejorar la resiliencia institucional y proteger los recursos digitales claves, en particular, los datos de seguridad social.