Para las administraciones de seguridad social, la comunicación exige el establecimiento de políticas y prácticas para ejecutar el amplio espectro de actividades relacionadas con la comunicación en apoyo al mandato general de la institución y a las necesidades específicas de las divisiones internas. Estas políticas y prácticas pretender orientar a la institución de manera a:

• hacer coincidir la estrategia de comunicación con los objetivos operativos de la institución (“hacer lo correcto”);
• procurar que las actividades de comunicación alcancen el nivel deseado (“hacerlo bien”).

La gestión efectiva y eficiente de la comunicación deberá basarse en los principios de una buena gobernanza que son los de responsabilidad, transparencia, previsibilidad, participación y dinamismo.

Estos principios orientan el desarrollo de los procesos operativos para gestionar las comunicaciones de manera práctica, sabiendo que:

• cuánto más complejo es el tema, más necesaria es la comunicación y más necesarios son los medios para comunicar;
• la “estrategia” es descendente pero la “táctica” a menudo es ascendente.

Como facilitadora indispensable en la construcción del prestigio de la institución, la comunicación puede marcar la diferencia entre la aceptación y el rechazo de una nueva orientación de las políticas o permitir la exitosa adopción de un nuevo régimen o de nuevas actividades. Por este motivo, la consideración temprana de los aspectos de la comunicación de las políticas o cambios operativos es muy deseable. Es, por tanto, importante que la alta dirección comprenda el papel que puede desempeñar una comunicación efectiva para respaldar los objetivos y las operaciones de la institución. A la inversa, para desempeñar ese papel, es importante que todas las orientaciones en materia de comunicación tengan en cuenta los requisitos operativos, los imperativos de las políticas y la capacidad de la organización.