La institución de seguridad social procura que los pasivos del régimen se tengan en cuenta en el proceso de inversión.
Un elemento fundamental en las decisiones de inversión son los tiempos, el nivel y la naturaleza de los flujos de caja netos del régimen de seguridad social y la manera en que evolucionarán en el futuro. Por lo tanto, el actuario ejercerá un papel central en la estimación de los futuros flujos de caja del régimen y los interpretará para el proceso de inversión. Estos flujos de caja consisten en futuros pagos de prestaciones, las cotizaciones recibidas, los gastos y los ingresos de los activos y de otras fuentes. Se puede realizar una modelación para determinar una estrategia de inversión capaz de cumplir con la misión y los objetivos de la institución de seguridad social. Si bien existe un vínculo claro con los cálculos y las proyecciones realizadas como parte del proceso de valuación actuarial (véase la Parte A de las presentes Directrices), el actuario también puede contribuir en análisis de inversiones más específicos relacionados con los flujos de caja de las prestaciones y los gastos futuros (por ejemplo, la gestión de activos y pasivos) que ofrecerán un aporte importante para la elaboración de la estrategia de inversión y la gestión del proceso.
Esta directriz deberá consultarse junto con la Directriz 6 de las Directrices de la AISS sobre la Inversión de los Fondos de la Seguridad Social.