El primer caso de COVID-19 en Fiji en marzo de 2020, y el posterior cierre de sus fronteras, afectó de forma generalizada a la economía del país. La pandemia desencadenó una de las peores crisis del empleo que se han visto en Fiji, ya que trajo consigo un desempleo masivo y la reducción de los salarios. Debido a la falta de fondos públicos, y sin un sistema nacional de seguridad social cohesionado, el Gobierno recurrió al Fondo Nacional de Previsión de Fiji (Fiji National Provident Fund – FNPF), como dependencia fiable, para proporcionar ayudas monetarias a los trabajadores afectados.
Desafortunadamente, la mayoría de estos trabajadores son afiliados al FNPF que no cuentan con medios de protección de los ingresos. Atendiendo a su mandato, “Aseguramos su futuro”, el FNPF ha vuelto a situarse a la vanguardia y ha colaborado estrechamente con el Gobierno de Fiji, el sector bancario, los proveedores de servicios y los empleadores para poner en marcha un programa de asistencia destinado a la protección de los ingresos de los afiliados. Este programa se ha puesto en marcha en cuatro fases y ha contado con el respaldo de soluciones digitales innovadoras. Dos de estas fases se ejecutaron de forma periódica cada diez semanas.