Fe de vida en la seguridad social internacional: avances y problemas persistentes

Fe de vida en la seguridad social internacional: avances y problemas persistentes

Los trabajadores migrantes tienen derecho a cobrar sus pensiones en su país de residencia, lo que garantiza la continuidad de las prestaciones adquiridas tras años de cotización. Sin embargo, para que estas pensiones se paguen debidamente, es fundamental que las instituciones de seguridad social comprueben periódicamente que el beneficiario continua vivo. 

En un mundo cada vez más globalizado, millones de trabajadores se trasladan de un país a otro, ampliando sus carreras y realizando sus cotizaciones a la seguridad social más allá de las fronteras de un único país. Además, cada vez hay más trabajadores que deciden migrar al final de sus carreras profesionales en búsqueda de un lugar en el que disfrutar de su jubilación con un costo de la vida menor, un mejor clima o servicios de mejor calidad.

Este fenómeno de la migración en la jubilación no es solo característico de los países con una economía sólida, en los que los beneficiarios de pensiones buscan aumentar su poder adquisitivo, sino que también se da cuando los beneficiarios buscan reunirse con sus familiares que residen en otro país. Poder recibir las pensiones en el extranjero es vital para quienes deciden emigrar.

Los acuerdos internacionales de seguridad social desempeñan un papel fundamental en la migración de los beneficiarios de pensiones, ya que sientan las bases para la protección de sus derechos adquiridos y garantizan la continuidad de sus prestaciones cuando se trasladan de un país a otro. Los acuerdos internacionales también pueden incluir disposiciones para evitar la doble imposición de las pensiones, algo crucial para los beneficiarios de pensiones, que pueden verse gravados por el país que paga la pensión y por el país en el que residen.

A continuación se presentan algunos ejemplos que muestran en cifras la magnitud de este fenómeno. En Francia, por ejemplo, se pagaron 8.880 millones de euros (EUR) en 2022 a residentes en el extranjero (724 millones de EUR más que en 2021). Independientemente del país de residencia fuera de Francia, los beneficiarios de una prestación pueden solicitar que se les pague en una cuenta bancaria en Francia o en el extranjero (CLEISS, 2022). Sin embargo, según datos de 2022, la Administración de la Seguridad Social (Social Security Administration – SSA) de los Estados Unidos de América pagó alrededor de 6.100 millones de dólares estadounidenses (USD) en prestaciones a 760.000 beneficiarios fuera del país (LaPonsie, 2024).

En el caso de España, a finales de 2023, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) tenía registrados 117.285 beneficiarios de pensiones residentes en el extranjero, e hizo pagos anuales por valor de 648 millones de euros (Federación de Entidades Gestoras de la Administración de la Seguridad Social Española, 2024). En  Canadá, a finales del mismo año, se habían pagado prestaciones por un total de 1.408.026.508 dólares canadienses (CAD) a residentes en el extranjero, en concepto de prestaciones obtenidas por medio de la aplicación de acuerdos internacionales, y a canadienses que habían decidido emigrar (beneficiarios que se mudan a otro país) (Canadá, 2023).

En cuanto a los Países Bajos, 350.000 beneficiarios de prestaciones viven en el extranjero y cobran anualmente 49 billones euros (Brinkman, 2021). Por último, 1.773.625 beneficiarios del Instituto Federal de Alemania del Seguro de Pensiones (Deutsche Rentenversicherung Bund – DRV Bund) vivían en 200 países fuera de Alemania en 2021, y recibieron pagos por valor de 6.700 millones de euros (Bourauel, 2021).

En este contexto, las instituciones encargadas de la administración y del pago de las pensiones deben dotarse de mecanismos para validar que los beneficiarios de las prestaciones siguen teniendo derecho a recibirlas, especialmente para comprobar que siguen vivos (AISS, 2021). Estos mecanismos dependen, ante todo, de su lugar de residencia.

Si el beneficiario reside en el país al que pertenece la institución que paga la prestación, esta podría saber si el beneficiario sigue vivo o no a través de los organismos que gestionan la información sobre fallecimientos utilizando mecanismos de intercambio de datos e información en del mismo país. Sin embargo, si el beneficiario reside en un país distinto del de la institución pagadora, para poder utilizar este método se requiere un acuerdo entre los países que formalice el intercambio de este tipo de datos para poder solicitar la información al país de residencia.

Para los casos en que las instituciones locales o extranjeras no comparten información, los sistemas de seguridad social han establecido procedimientos para garantizar el pago a los beneficiarios,  a través de una fe de vida individual. La fe de vida impide que se comentan errores o fraude en el pago internacional de prestaciones (mediante transferencias internacionales), evitando procesos largos, complejos y costosos para recuperar pagos indebidos.

La fe de vida es una certificación individual que requiere que el beneficiario de pensiones realice una acción, ya sea física o digitalmente. Con los años, este procedimiento ha ido evolucionado considerablemente, sobre todo con la incorporación de las tecnologías digitales. Sin embargo, la adopción de estas innovaciones ha sido desigual, ya que algunas instituciones se orientan hacia soluciones más modernas y otras siguen recurriendo a métodos tradicionales.

En el presente artículo se examina la situación actual de la fe de vida en varias instituciones de seguridad social alrededor del mundo, y se ponen de relieve tanto los avances como los problemas persistentes. Se analizan casos en los que la digitalización ha facilitado un enfoque más directo y eficiente de cara al ciudadano, así como situaciones en las que no ha habido cambios significativos o en las que la fe de vida no es un requisito previo para realizar el pago.

Además, se aborda la importancia de los acuerdos internacionales para el intercambio de información sobre personas fallecidas. Estos acuerdos complementan este tipo de iniciativas, ya que, gracias a ellos y a pedido de las instituciones, se puede conocer si los beneficiarios siguen vivos o no lo que permite mejorar la coordinación y la seguridad en la gestión de los datos entre países.

Fe de vida y pagos indebidos

La fe de vida para los beneficiarios que residen fuera del país que paga sus prestaciones (exportación de las prestaciones de seguridad social) es un mecanismo fundamental para este tipo de controles. De hecho, en todos los países en los que se aplica la fe de vida, la falta de realización de este procedimiento conlleva la suspensión (en principio temporal) del pago de la prestación.

Se utilizan distintos tipos de prueba de vida; y cada tipo tiene sus propios métodos y requisitos que pueden variar según el país y la tecnología disponible. 

Gráfico 1.Tipos de prueba de vida

 

A continuación se describen algunos de los principales tipos de prueba de vida:

  1. Presencial: Este tipo de prueba requiere que el beneficiario comparezca en persona ante una autoridad designada, como una oficina gubernamental, una oficina consular, una sucursal bancaria o una institución de pago. Durante la visita, el beneficiario debe presentar un documento de identidad válido y puede tener que firmar formularios o responder a una serie de preguntas para confirmar la identidad. Este método es el más antiguo y tradicional, y sigue utilizándose ampliamente.
  2. Certificados de vida: Los beneficiarios pueden tener que obtener un certificado de vida expedido por una autoridad local, como el registro civil o una notaría. Este certificado confirma que la persona está viva, y se envía al organismo que administra las prestaciones. Este método suele utilizarse cuando no puede recurrirse a una visita presencial debido a la distancia o la falta de infraestructura adecuada.
  3. Prueba electrónica o digital: Con el avance de la tecnología, algunos países han adoptado métodos electrónicos para la fe de vida. Puede tratarse de una plataforma digital accesible a través de un sitio web o una aplicación móvil, mediante la cual los beneficiarios envían vídeos con información de identificación de ellos mismos;  o de sistemas biométricos (como reconocimiento facial o huellas digitales) para confirmar su existencia. En ocasiones también se utilizan llamadas de vídeo para verificar a de forma virtual que la persona sigue viva.
  4. Prueba mediante instituciones financieras: En algunos casos, las instituciones financieras que tramitan el pago de las prestaciones pueden ocuparse de la fe de vida en nombre del organismo de seguridad social. Para ello puede ser necesario que el beneficiario comparezca en la sucursal bancaria o la institución de pago periódicamente para confirmar su identidad, que incurra en gastos con una tarjeta bancaria, o que firme una declaración de vida.

Los mecanismos de fe de vida han evolucionado con mejoras como por ejemplo la eliminación de la necesidad de la presencia física. Esta mejora simplifica el proceso para los beneficiarios, mejora la eficiencia administrativa y reduce los costos operativos asociados a la gestión de estos procedimientos. La automatización de estos procesos minimiza el error humano, puede aumentar la frecuencia de la realización de la prueba y reduce la posibilidad de pagos indebidos y de fraude. Además, la digitalización de los sistemas posibilita que se verifique la identidad de los beneficiarios de manera más eficiente.

Es importante señalar que la fe de vida coexiste con otros mecanismos utilizados por los países para comprobar a nivel internacional que los beneficiarios de sus programas siguen vivos; de hecho,  algunas instituciones han empezado a concertar acuerdos internacionales de intercambio de datos. A diferencia de la fe de vida, los mecanismos de intercambio de datos entre instituciones no requieren ninguna acción por parte del beneficiario. La ventaja es que estos acuerdos facilitan la obtención de información sobre grandes grupos de personas, pero como contrapartida se limitan a los países que los hayan firmado. 

Fe de vida y acuerdos internacionales de intercambio de información

Si bien los países que han firmado acuerdos internacionales de seguridad social incorporan el concepto de “colaboración administrativa” a los textos de los convenios, la inclusión de una mención específica a la fe de vida no suele ser común.

Es por ello que los acuerdos internacionales de intercambio de información sobre personas fallecidas desempeñan un papel crucial en la modernización del control de vida, un proceso distinto de la tradicional fe de vida. Gracias a estos acuerdos, las instituciones de seguridad social pueden intercambiar datos de manera eficiente y segura, actualizando sus registros de beneficiarios en función de la información sobre fallecimientos en otros paises. Se garantiza así que las pensiones se pagan únicamente a quienes tienen derecho a ellas, lo que reduce considerablemente el riesgo de fraude y minimiza la carga administrativa que soportan los beneficiarios de pensiones.

Sin embargo, la gran dificultad de estos acuerdos reside en la gestión de la protección de los datos y el desarrollo de plataformas seguras para intercambiar información sensible. Estas cuestiones, fundamentales para garantizar la privacidad y la seguridad de los beneficiarios, también son clave para lograr una gestión de datos más coordinada y transparente a nivel internacional.

Fe de vida para residentes en el extranjero

Encuesta de la AISS sobre la fe de vida

Para el trienio 2023-2025, la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) creó  el Grupo de trabajo sobre los acuerdos internacionales de seguridad social e  intercambio de datos. El grupo está compuesto por instituciones de 22 países y se reúne periódicamente. Su mandato consiste en ayudar a las instituciones miembro a gestionar eficazmente el creciente número de acuerdos internacionales de seguridad social. Para ello, los miembros del grupo completaron una encuesta sobre sus prácticas en materia de fe de vida (a nivel nacional e internacional). A continuación figuran las principales conclusiones.  

Si bien la mayoría de los países que respondieron (excepto la Argentina y el Canadá) exigen periódicamente a los beneficiarios una fe de vida, en la mayoría de  casos la prueba se pide únicamente a los beneficiarios que residen en el extranjero. En el caso de la Argentina, si bien la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) no exige una fe de vida, los beneficiarios que viven en el extranjero deben aportar una confirmación de los métodos de pago (confirmación de la cuenta bancaria para transferir los pagos) cada seis meses.

En cuanto a la periodicidad, en la mayoría de los casos se pide la fe de vida una o dos veces al año. No obstante, las prácticas varían y no existe una norma internacional en este sentido. La legislación interna de cada país o institución determina la frecuencia con la que son requeridas.

Por ejemplo, para seguir recibiendo los pagos de la seguridad social de Antigua y Barbuda debe presentarse un certificado de vida. El certificado de vida debe tener la firma de un notario, un funcionario de la embajada, un juez de paz o un empleado superior de otro sistema de seguridad social de la Comunidad del Caribe (CARICOM) (en caso de que el beneficiario resida en esa comunidad); y este certificado debe procesarse trimestralmente, es decir, en marzo, junio, septiembre y diciembre (Oficina de Seguridad Social de Antigua y Barbuda, s.f.).

En el caso de Australia, se pide fe de vida para las personas de más de 80 años que han vivido fuera del país durante más de dos años. Servicios Australia envía una notificación a los beneficiarios cada dos años pidiéndoles que completen y envíen un certificado de fe de vida en un plazo de 13 semanas. Como en el caso de Antigua y Barbuda, este documento debe estar certificado, pero en Australia la lista de personas que pueden certificar documentos es más amplia (Gobierno de Australia, 2024).

Hay otros varios ejemplos en los que el proceso de fe de vida conlleva una prueba presencial, como en el caso de la Oficina de Normalización Previsional (ONP) del Perú, el Instituto del Seguro Social (Zavod Za Socijalno Osiguranje – SZO) de Serbia, la Caja Nacional de Seguridad Social (Caisse nationale de sécurité sociale – CNSS) de Túnez y el Ministerio de Trabajo y Pensiones (Department for Work and Pensions – DWP) del Reino Unido. En estos cuatro casos, la frecuencia con la que se solicita la fe de vida varía: en Túnez se solicita con mayor frecuencia, es decir cada seis meses, y en el Reino Unido únicamente cada dos años. 

Hacia la fe de vida digital y las plataformas en línea

Algunas instituciones están adoptando procesos electrónicos o digitales para la fe de vida de los residentes en el extranjero. Es el caso del Instituto Nacional de Previsión Social (Instituto Nacional de Previdência Social – INPS) de Cabo Verde, que actualmente está desarrollando una aplicación específica para la prueba de la fe de vida, así como un servicio web para desempeñar esta misma función. Sin embargo, hasta que estas opciones estén disponibles, la prueba de vida sigue realizándose en las embajadas y los servicios consulares anualmente (INPS, Cabo Verde, s.f.).

El Instituto Nacional de Seguridad Social (Instituto Nacional do Seguro Social – INSS) del Brasil ya ha incorporado la tecnología y ofrece a los beneficiarios que viven en el extranjero la posibilidad de realizar la prueba mediante el método tradicional (presencialmente) o por medio de la aplicación MeuINSS (Mi INSS), que utiliza el reconocimiento facial; esta prueba de vida debe realizarse anualmente (Gobierno del Brasil, s.f.; INSS, Brasil, 2024).

En el caso de España, la prueba de vida se solicita una vez al año y puede realizarse presencialmente, pero también por medio de una aplicación móvil desarrollada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, llamada VIVESS y disponible en cuatro idiomas. Esta aplicación permite identificar a la persona por medio de datos biométricos (Delgado Azuara, 2024). La aplicación utiliza el documento de identidad y una fotografía, confirma automáticamente si la persona está viva y actualiza la información en la base de datos de las pensiones, evitando así la intervención de funcionarios para acreditar en cada caso si una persona sigue viva. 

El Banco del Seguro Social (Sociale Verzekeringsbank – SVB) de los Países Bajos también ha desarrollado una aplicación móvil con la que puede comprobarse si una persona que reside en el extranjero está viva. No obstante, para utilizarla, debe presentarse una solicitud formal ante el SVB. La aplicación, denominada VIVO, exige que el beneficiario se haga una fotografía (autorretrato/selfi) durante el mes de su cumpleaños, es decir, una vez al año.

Como se explica anteriormente, además de las opciones de fe de vida por medio de certificación presencial y aplicaciones móviles, varias instituciones de seguridad social han optado por realizar este procedimiento por medio de plataformas en línea.

Una aplicación web no necesita ser descargada. Es accesible desde cualquier dispositivo con un explorador y conexión a Internet, como un ordenador, una tableta o un teléfono móvil, independientemente del sistema operativo (Windows, macOS, Android, iOS, etc.). Esto es especialmente útil porque permite que los usuarios aporten la fe de vida desde distintos dispositivos. Además, como las aplicaciones web no requieren tantos recursos como algunas aplicaciones móviles, suelen funcionar mejor en dispositivos más antiguos o con menor capacidad de procesamiento. 

En Portugal, la seguridad social permite que los beneficiarios de pensiones aporten la fe de vida a través de su sitio web oficial utilizando el documento de identidad o una clave digital móvil. Este proceso no solo facilita el cumplimiento, sino que también garantiza la seguridad de los datos y la autenticidad de la información aportada.

Uruguay ha puesto en marcha un sistema similar a través del Banco de Previsión Social (BPS), con el que los beneficiarios pueden demostrar su existencia mediante métodos de reconocimiento facial con un servicio en línea que requiere la presentación del documento de identidad. Este sistema está diseñado para simplificar el proceso para los beneficiarios de pensiones, en particular los que viven en el extranjero, ya que les permite aportar la fe de vida de manera rápida y segura sin tener que movilizarse. En el caso del Uruguay, la validez de la fe de vida realizada presencialmente es de seis meses, mientras que, con la incorporación del sistema virtual, el periodo de validez se ha reducido a 30 días (BPS, Uruguay, 2023a y 2023b). 

El Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social (Ministry of Human Resources and Social Security – MOHRSS) de China ha desarrollado una solución integral que incluye una aplicación móvil y una plataforma web para la fe de vida anual. Los beneficiarios de pensiones chinos pueden completar el procedimiento por medio de la aplicación o el portal en línea. La validación mediante técnicas biométricas puede realizarse a través de múltiples programas informáticos a disposición de los beneficiarios. Por ejemplo, aplicaciones como “12333” y “Asuntos consulares de China” (China Consular Affairs), los sitios web oficiales de la plataforma de atención al usuario de la seguridad social nacional y de las plataformas de atención al usuario de recursos humanos y seguridad social a escala local, los programas de minitarjetas electrónicas de seguridad social, las cuentas oficiales de redes sociales de las autoridades locales de recursos humanos y de seguridad social. A pesar de la cantidad de canales de validación disponibles, el proceso de validación es el mismo y los datos se unifican en el sistema de gestión del Ministerio.

El DRV Bund de Alemania también ha elaborado una multiplicidad de métodos de fe de vida, incluidos acuerdos internacionales para el intercambio electrónico de información sobre fallecimientos (firmados con Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Hungría, Israel, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Suecia y Suiza), la posibilidad de tramitación tradicional en papel con una certificación y una aplicación denominada “Proceso digital de la fe de vida” (Digital Proof of Life Process), que utiliza la biométrica para la certificación. Para aquellas personas que realizan la verificación presencialmente, Renten Service de Deutsche Post AG se encarga de gestionar el proceso. En todos los casos, la fe de vida debe aportarse una vez al año (Deutsche Post AG, s.f.).

Otras instituciones ya cuentan con acuerdos firmados para intercambiar información sobre fallecimientos, como el Ministerio de Empleo y Desarrollo Social (Employment and Social Development Canada – ESDC) / Service Canada y el Banco del Seguro Social (Sociale Verzekeringsbank – SVB) de Aruba. Otros países europeos se encuentran actualmente en la fase de prueba de este tipo de acuerdo de intercambio de datos. 

Cuadro 1. Panorámica de las prácticas en materia de fe de vida por país
PaísPresencialAplicaciónWebIntercambio de datosSin fe de vida
DRV Bund, Alemania  
ABSSB, Antigua y Barbuda    
ANSES, Argentina    
Servicios Australia, Australia    
INSS, Brasil   
INPS, Cabo Verde🛈🛈  
ESDC, Canadá   
MOHRSS, China  
INSS, España  
SVB, Países Bajos  
ONP, Perú    
Dirección General de Seguridad Social, Portugal   
Ministerio de Trabajo y Pensiones, Reino Unido    
SZO, Serbia    
CNSS, Túnez    
BPS, Uruguay   
🛈: en desarrollo 

Ventajas de la fe de vida digital 

La simplificación de los procedimientos es una de las principales ventajas de la fe de vida digital. La digitalización ha reducido la complejidad de los procedimientos, ha eliminado etapas innecesarias y ha hecho que el proceso sea más intuitivo y rápido. Los beneficiarios ya no tienen que lidiar con procedimientos burocráticos o con el riesgo de error humano, por lo que se optimiza la experiencia de usuario y se mejora la gestión de los recursos.

La digitalización del proceso también evita los desplazamientos, especialmente beneficioso para las personas de edad avanzada, las que tienen movilidad reducida o aquellas que viven en zonas remotas. Gracias a las plataformas en línea y las aplicaciones móviles, los beneficiarios de pensiones pueden aportar la fe de vida cómodamente desde sus casas, sin necesidad de desplazarse a las oficinas de la seguridad social, el consulado o la embajada. Esta ventaja no solo les hace la vida más fácil a los usuarios, sino que también contribuye a reducir los costos y el tiempo de todos los involucrados.

La aplicación de mecanismos de identificación por vídeo como alternativa a la certificación presencial constituye un avance en la modernización de estos procesos. Estos sistemas permiten que los beneficiarios demuestren que están vivos por medio de videollamadas en tiempo real, lo que supone un nivel adicional de seguridad y constituye un método eficaz de comprobación de la identidad. Esta tecnología, cada vez más disponible en los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores, es especialmente útil en casos en los que no son viables otras formas de identificación, y ofrece una solución flexible adaptada a las distintas circunstancias de los usuarios.

Por último, la automatización de los procesos ha reducido significativamente la carga de trabajo de los funcionarios de los consulados, las embajadas y las instituciones de seguridad social. La aplicación de los sistemas digitales no solo reduce las tareas administrativas, sino que también minimiza el riesgo de fraude al aumentar los controles de seguridad. Con la utilización de herramientas avanzadas de comprobación de la identidad, se garantiza la autenticidad y la seguridad de la fe de vida, y se protege tanto a los beneficiarios como a las instituciones.

Consideraciones finales

Las instituciones de seguridad social de todo el mundo han avanzado considerablemente en la digitalización de la fe de vida. Sin embargo, algunos organismos siguen recurriendo a métodos tradicionales, como la certificación presencial en las oficinas o los consulados. Esta situación causa inconvenientes a los beneficiarios que viven en el extranjero o en zonas de difícil acceso. La falta de avances en estos casos hace patente la necesidad de una modernización más amplia y uniforme a nivel mundial para garantizar que todos los beneficiarios de pensiones tengan  acceso a  servicios más eficientes y accesibles.

Por otro lado, algunas instituciones de seguridad social han optado por no exigir la fe de vida como procedimiento obligatorio y condición previa al pago. Estos organismos recurren a otros mecanismos y controles para garantizar la integridad de la información relativa a sus beneficiarios. Esta práctica elimina la necesidad  que el beneficiario de pensiones tenga que realizar una acción en el proceso y reduce la carga administrativa de la institución, pero también requiere la aplicación de controles alternativos para la prevención del fraude y para garantizar la precisión en el procesamiento de los datos.

Uno de los principales desafíos que plantea el análisis de la fe de vida a nivel nacional e internacional es la falta de información precisa y unificada sobre los importes pagados a los beneficiarios fallecidos, lo que a su vez implica una falta de conocimiento de la dimensión del problema potencial.

Las instituciones de seguridad social han logrado un cambio notable para el ciudadano con la fe de vida internacional a través de plataformas digitales accesibles desde aplicaciones móviles y sitios web. Gracias a la digitalización del proceso, los beneficiarios de pensiones y los beneficiarios de todo el mundo pueden cumplir sus obligaciones de forma más directa y accesible, eliminando las barreras geográficas y prestando un servicio más inclusivo adaptado a las necesidades de todos. Este enfoque refuerza la relación entre instituciones y ciudadanos, y promueve una mayor confianza en los sistemas de seguridad social.

Es importante destacar la importancia que tienen los acuerdos internacionales de intercambio de información sobre las personas fallecidas en la modernización del control de vida, que es distinto de la fe de vida. Gracias a estos acuerdos entre países, las instituciones de seguridad social pueden intercambiar datos de manera eficiente y segura. Al intercambiar información sobre fallecimientos de grandes grupos de beneficiarios, las instituciones pueden actualizar sus bases de datos y garantizar que las pensiones solo se pagan a las personas que tienen derecho a recibirlas. Este enfoque no solo reduce el riesgo de fraude, sino que también reduce la carga administrativa de los beneficiarios de pensiones, y promueve al mismo tiempo una gestión más coordinada y transparente a nivel internacional.

La eficacia en la comunicación y la formación son fundamentales para incorporar y aceptar las nuevas modalidades en materia de fe de vida. Para ello, algunas instituciones, como el BPS del Uruguay, han introducido innovaciones en las distintas etapas y puesto en marcha canales de asesoramiento en los consulados. Otro caso interesante es el de la campaña promocional del SVB de los Países Bajos, que utilizó las ciencias del comportamiento para promover su uso, o el INSS en España, que realizó un tutorial en vídeo, disponible en YouTube.

La disparidad en la adopción de soluciones digitales y la existencia de instituciones que no requieren fe de vida reflejan el panorama heterogéneo de la seguridad social a nivel internacional. Esta situación genera desafíos para la coherencia y la equidad en el trato que se dispensa a los beneficiarios de pensiones en todo el mundo. Las instituciones que todavía no han avanzado en la digitalización o no requieren fe de vida podrían beneficiarse de la experiencia de las que sí han aplicado soluciones tecnológicas, adoptando buenas prácticas que refuerzan la transparencia, la seguridad y la eficiencia en sus procesos.

Referencias

AISS. 2021. Fighting fraud and error in cross-border benefits payments during COVID-19 (Webinario). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.

Bourauel, M. 2021. The German way of monitoring beneficiaries abroad (Presented in the ISSA Webinar “Fighting fraud and error in cross-border benefits payments during COVID-19”). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.

Brinkman, R. 2021. Fighting fraud and error in cross-border benefits payments during COVID-19: The case experience of SVB, Netherlands (Presentado en el webinario de la AISS “Fighting fraud and error in cross-border benefits payments during COVID-19”). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.

Canadá. 2023. Benefits paid in countries with which Canada has concluded a social security agreement - 2008-2023. [S.l.] Open Government Portal.

CLEISS. 2022. Rapport statistique - Exercice 2022. Montreuil, Centro de Enlaces Europeos e Internacionales de Seguridad Social.

Delgado Azuara, F. 2024. Biometric identification for life certificates (Presentado en el webinario de la AISS “Uso de la biometría y de la identidad digital en la seguridad social”). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.

Deutsche Post AG (s.f.) The Digital Proof of Life Process. Bonn.

Federación de Entidades Gestoras de la Administración de la Seguridad Social Española. 2024. App VIVESS para el control de la vivencia en el extranjero / Un caso del Instituto Nacional de la Seguridad Social (Buenas Prácticas en la Seguridad Social). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.

Gobierno australiano. 2024. Social Security Guide: 6.2.1 Proof of life certificate (Age, DSP, CP). Canberra.

Gobierno brasileño (s.f.) Prova de Vida. Brasilia, Ministério da Gestão e da Inovação em Serviços Públicos.

INPS Cabo Verde (s.f.). Prova de Vida. Cidade da Praia, Instituto Nacional de Previsión Social.

INSS Brasil. 2024. Confira como é a nova prova de vida no INSS. Brasilia, Instituto Nacional de Seguridad Social.

LaPonsie, M. 2024. 2024. “How Long Can You Live Abroad Before Losing Social Security?”, en US News, 27 de marzo.

Oficina de Seguridad Social de Antigua y Barbuda (s.f.). Local Life Certificate. [S.l.]

PBS Uruguay. 2023a. Fe de vida. Montevideo, Banco de Previsión Social.

PBS Uruguay. 2023b. Biometría para fe de vida (Buenas Prácticas en la Seguridad Social). Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.