La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la seguridad, la salud y el bienestar, así como el papel que desempeñan las instituciones de seguridad social para ayudar a sus beneficiarios a atravesar la pandemia. Mediante el fomento de una cultura de la prevención, los gobiernos, los trabajadores, los empleadores y las instituciones de seguridad social contribuyen a construir un entorno de trabajo más seguro, saludable y productivo. Unos recursos humanos sanos refuerzan la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social.
Un objetivo fundamental de la seguridad social es salvaguardar la seguridad, la salud y el bienestar de todas las personas. Se deben prevenir y abordar los riesgos relacionados o no relacionados con el trabajo. Por lo tanto, no solo se deben evitar los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, sino que también se debe promover la salud y prevenir la exclusión laboral mediante la intervención temprana y la rehabilitación. Este planteamiento basado en tres ejes se ve reflejado en las tres series de directrices sobre la prevención de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), en las que se abordan los riesgos profesionales, la promoción de la salud en el lugar de trabajo y el regreso al trabajo.
El buen funcionamiento de los sistemas de seguridad y salud en el trabajo genera resultados positivos para los empleadores, los empleados y la sociedad en su conjunto. En las Américas, se ha estado trabajando para consolidar una cultura de la prevención que respalde la labor de las empresas y los trabajadores para reducir la exposición a riesgos profesionales y promover la prevención mediante campañas de sensibilización y varias medidas específicas.
Partiendo de la base de datos de buenas prácticas de la AISS, en este artículo se analizan algunas iniciativas de prevención adoptadas en la Argentina, el Brasil, Chile, Costa Rica, México y el Perú en los ámbitos de la prevención de riesgos profesionales, la promoción de la salud en el lugar de trabajo y el regreso al trabajo.
Prevención de riesgos profesionales
Muchos miembros de la AISS reconocen que los beneficios de la prevención superan con creces los costos de inversión. En el estudio de la AISS titulado Calculating the international return on prevention for companies (2013) (cálculo del rendimiento internacional de la prevención para las empresas) se concluye que merece la pena invertir en medidas de seguridad y salud en el trabajo y que cada dólar estadounidense (USD) invertido en prevención puede generar una rentabilidad de 2,2 USD. Por consiguiente, a los miembros de la AISS que ofrecen seguros e indemnizaciones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales les interesa mucho prestar unos excelentes servicios de prevención. Muchos de ellos apoyan a los trabajadores y los empleadores y realizan campañas nacionales de sensibilización con el propósito de reducir la exposición a los riesgos profesionales. Para respaldar esta labor, la AISS, en colaboración con la Comisión Especial sobre la Prevención, ha elaborado las Directrices de la AISS sobre la Prevención de Riesgos Profesionales, así como la estrategia Vision Zero, que se basa en la convicción de que todos los accidentes, enfermedades y daños en el trabajo pueden prevenirse. Vision Zero está abierta a todos los actores que intervienen en el ámbito de la seguridad y la salud, a saber, los responsables de la formulación de políticas, los empleadores, los trabajadores, los formadores y los expertos en seguridad y salud, y cuenta con casi 15 000 adscritos en todo el mundo. El sitio web de Vision Zero ofrece una gran cantidad de información, directrices y material de campaña.
Chile
La Mutual de Seguridad (CChC) chilena ha adoptado la filosofía Vision Zero de la AISS y ha elaborado un enfoque sistémico de los riesgos profesionales aplicable a aproximadamente 80 000 pequeñas y medianas empresas (pymes), con el fin de reducir progresivamente el número de accidentes en el lugar de trabajo hasta eliminarlos por completo. Este enfoque sistémico dispone de una base de datos a la que pueden acceder las pymes a través de distintos dispositivos electrónicos (tabletas y teléfonos móviles), y ofrece asesoramiento sobre la gestión y la evaluación de riesgos profesionales, así como formación en esta materia.
El enfoque sistémico se inspira principalmente en las Directrices sobre la Prevención de la AISS, en particular en la directriz 41 sobre “El caso de las pequeñas y medianas empresas”. Contribuyó a reducir la tasa de accidentes de trabajo mortales de 13,1 a 5,0 por cada 100 000 trabajadores entre 2014 y 2019, y la tasa de accidentes de trabajo graves de 2,35 a 0,54 por cada 1 000 trabajadores entre 2011 y 2019. También disminuyó de forma considerable, en casi un 50 por ciento, la tasa general de accidentes de trabajo registrados en pymes, de 6,55 por cada 1 000 trabajadores en 2011 a 3,56 en 2019, lo que significa que se evitaron más de 23 000 accidentes durante este período.
Además, la CChC actuó con rapidez poco después del brote de COVID-19 para hacer frente a la pandemia. Puso en marcha una campaña de sensibilización sobre riesgos para ayudar a las empresas a aplicar medidas adecuadas en materia de seguridad y salud en el trabajo. En tan solo 15 días se creó una herramienta de prevención de la COVID-19 para las empresas, que respondía a las preguntas acuciantes relacionadas con esta enfermedad que se planteaban los empleadores, entre ellas cómo reducir el riesgo de infección al tiempo que se garantizaba la continuidad operacional. La herramienta también facilitaba información sobre la COVID-19 y sus vías de transmisión, así como un conjunto de medidas preventivas generales que debían considerarse y aplicarse en el lugar de trabajo. También facilitaba el acceso a la reglamentación nacional sobre la COVID-19 y recomendaba equipos y servicios preventivos.
La herramienta se distribuyó entre abril y junio de 2020, fue adoptada en más de 8 000 empresas y utilizada por alrededor de 37 000 trabajadores. Un mes antes, la CChC prestaba asesoramiento al 3,18 por ciento de sus empresas. Tras la distribución de la herramienta, esta tasa aumentó al 53,83 por ciento. Además de la campaña de información, la CChC afrontaba otro desafío: la institución organiza 800 000 cursos de formación sobre seguridad y salud en el trabajo al año; sin embargo, debido a las restricciones nacionales por la COVID-19, todos los cursos debían impartirse en línea. Por ejemplo, se habían programado más de 257 600 actividades de formación para el período entre marzo y junio de 2020, de las que 167 206 se habían propuesto originalmente como reuniones presenciales. La CChC consiguió seguir adelante con la formación de prevención para empresas y expertos, realizando un total de 222 597 actividades de aprendizaje en línea durante este espacio de tiempo. De este modo, la institución pudo ofrecer una formación continua en seguridad y salud en el trabajo durante la pandemia.
México
En un intento por mejorar de forma significativa los tiempos de respuesta tras registrar un accidente de trabajo o una enfermedad profesional, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) de México examinó los procedimientos administrativos relacionados con los riesgos profesionales y la discapacidad. Este examen reveló que era necesario que todos los actores de la prevención reconociesen que la seguridad y salud en el trabajo constituía un derecho humano básico que debía impulsar las reformas del sistema de prevención mexicano.
Se estableció una nueva estructura organizativa para el Comité de Medicina del Trabajo y sus subcomités regionales, lo que permitió acortar el proceso de reconocimiento de una enfermedad profesional de 20 días a solo cinco días. La reforma también aceleró la tramitación de otros procedimientos generales relacionados con la seguridad y salud en el trabajo, como nuevas estrategias de respuesta que permitían actuar en menos de siete días en los casos de enfermedad terminal o en los que la vida del trabajador corría peligro. Además, se elaboraron y aprobaron nuevas directrices de procedimiento para los especialistas en medicina del trabajo. El objetivo de estas medidas era abordar las dimensiones humana, médica y jurídica de cada caso profesional de manera más eficiente y eficaz, también en lo referente a los procedimientos de indemnización.
El nuevo marco obtuvo el sólido apoyo de los beneficiarios, los grupos sindicales y las distintas autoridades, y permitió al ISSSTE reducir de forma significativa el tiempo de respuesta de los expedientes. Por ejemplo, los procesos de adopción de decisiones sobre riesgos profesionales y casos de discapacidad se acortaron en un 50 por ciento, pasando de 60 a 30 días, y el tiempo de respuesta para las enfermedades terminales se redujo a siete días respecto al plazo anterior de entre cuatro y seis meses. Además, se ha establecido un sistema de supervisión adecuado en el que las regiones presentan informes mensuales de rendimiento a la oficina central.
Argentina
La Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) de la Argentina, en un intento por dar una respuesta más rápida a las solicitudes de los usuarios y aliviar la carga de sus líneas telefónicas de atención al ciudadano, puso en marcha un chatbot que está accesible y operativo las 24 horas del día, 365 días al año. Este chatbot proporciona respuestas a las preguntas más frecuentes relacionadas con el sistema argentino de gestión de riesgos profesionales. También ofrece información sobre cómo contratar un seguro de riesgos profesionales, así como sobre datos personales. Los programadores conectaron el bot a la base de datos de la SRT para que pudiese acceder a toda la información pertinente para cada usuario y brindar así una experiencia personalizada.
Al principio, el chatbot solo contaba con 100 respuestas preprogramadas vinculadas a alrededor de 3 000 posibles preguntas. A medida que aprendía de los comentarios de los usuarios, pronto duplicó el número de respuestas a 200 y generó 8 500 preguntas distintas. Durante este proceso, el margen de error se redujo del 30 por ciento a solo el 7 por ciento. Cuando el chatbot pasó a estar plenamente operativo en 2019, la SRT registró cerca de 200 000 sesiones con más de 85 000 usuarios, es decir, una media de más de 500 solicitudes al día. Esto permitió al servicio de atención al ciudadano de la institución centrar su labor en la tramitación de consultas más complejas y poder responder de manera más rápida.
Tras finalizar con éxito la primera fase, la SRT está considerando crear un servicio de mensajería para teléfonos inteligentes con el fin de estrechar todavía más sus vínculos con el público general. La digitalización de los sistemas de la organización es un factor fundamental para desarrollar un servicio más personalizado capaz de proporcionar una respuesta adaptada a cada usuario en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo.
Promoción de la salud en el lugar de trabajo
Los seguros de accidentes del trabajo promueven una cultura de la salud en el lugar de trabajo en su sentido más amplio, ya que este último representa un contexto en el que difundir información y sensibilizar sobre enfermedades transmisibles como el SIDA o la COVID-19. Por ello, las instituciones de seguridad social utilizan herramientas de promoción de la salud en el lugar de trabajo que aprovechan los puntos fuertes y las capacidades de los recursos humanos y abordan los principales factores de riesgo de las enfermedades no transmisibles y que pueden prevenirse. A medio o largo plazo, reducir el riesgo de enfermedad mejoraría la salud de la población y haría menos necesarias las prestaciones de seguridad social. Las Directrices de la AISS sobre la Promoción de la Salud en el Lugar de Trabajo proporcionan orientación a las instituciones miembros de la AISS sobre enfoques estratégicos y prácticos en este ámbito.
Costa Rica
En 2020, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) puso en marcha un programa de salud y bienestar llamado “Pausas activas” en el hospital San Juan de Dios, en la capital San José. En los tres años anteriores, una auditoría interna demostró que el indicador del ambiente laboral en el hospital había alcanzado tan solo un 55 por ciento, un resultado muy bajo. El objetivo del programa era generar un nuevo espíritu de equipo para que cada persona se sintiese realmente realizada en el trabajo. Tenía el propósito de favorecer el bienestar del personal analizando su salud física y emocional, así como varios factores sociales.
Tres meses después de su aplicación, el programa produjo los siguientes resultados:
- el 90 por ciento del personal elogiaba a la dirección por su desempeño y su capacidad de satisfacer las necesidades de sus equipos;
- el 90 por ciento del personal consideraba que los cambios aplicados beneficiaban a su unidad;
- el 100 por ciento del personal consideraba que la dirección respondía muy bien al consultarles sobre un tema concreto;
- se recibieron más de 70 comentarios positivos sobre motivación, liderazgo, compensación, participación y equidad.
Regreso al trabajo y rehabilitación
Uno de los principales retos para las instituciones de protección contra accidentes del trabajo consiste en prestar servicios de rehabilitación funcional y profesional a los trabajadores que padecen una enfermedad profesional o han sufrido un accidente de trabajo, y facilitar su reincorporación al mercado de trabajo. El propósito de los programas de regreso al trabajo es que las personas afectadas vuelvan a valerse por sí mismas y no dependan de la ayuda del sistema de seguridad social. Los procesos correspondientes tienen en cuenta las necesidades individuales y el entorno de trabajo, así como las necesidades y responsabilidades jurídicas de la empresa. Se trata de un esfuerzo coordinado centrado en la conservación del empleo como primer paso para evitar que las personas con capacidad laboral reducida se jubilen de manera anticipada. Las Directrices de la AISS sobre el Regreso al Trabajo y la Reintegración proporcionan más orientación sobre cómo crear un sistema de regreso al trabajo funcional.
Brasil
El Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) del Brasil ofrece un buen ejemplo de estrategia aplicada con éxito en materia de regreso al trabajo. El Instituto aplicó los anteriores principios de regreso al trabajo a un trabajador tetrapléjico cuyas graves limitaciones físicas no habrían permitido su reincorporación al trabajo. Sin embargo, el empleado recibió todo el apoyo del INSS, sobre la base de un examen de su estado físico, cognitivo y emocional, así como de su motivación personal para volver a trabajar. Además, el Instituto analizó si el trabajador podría cumplir los requisitos laborales o si alguna limitación física se interpondría en el desempeño de su trabajo.
Tras el examen inicial, se facilitaron al trabajador tecnologías de asistencia que le ayudaban a realizar movimientos básicos, lo que le permitió trabajar desde casa. Al mismo tiempo, el equipo de rehabilitación brindó su apoyo, sobre todo emocional, a esta iniciativa. Además, el empleador facilitó la readaptación del trabajador para que pudiera trabajar desde su domicilio. Se le asignaron tareas que ya conocía, lo que agilizó de forma considerable su reintegración.
El INSS actuó como facilitador y veló por que el proceso se realizase con arreglo al asesoramiento médico y terapéutico, y se aseguró asimismo de que las exigencias profesionales no agravasen la salud física y mental del trabajador. Tres años después de regresar al trabajo, el estado de salud del trabajador no se había deteriorado. Manifestó sentirse más productivo y mejor adaptado a las limitaciones que le imponían su estado físico y su enfermedad.
Esta historia de éxito demuestra que la reintegración de las personas que sufren una importante reducción de su capacidad para trabajar requiere la actuación coordinada de todos los actores implicados. Cabe señalar que la motivación del trabajador para regresar al trabajo es un factor clave para el éxito y no puede lograrse sin un respaldo y apoyo adicionales por parte de sus familiares y del equipo multidisciplinario responsable del proceso de rehabilitación.
Perú
En el Perú, el 10,4 por ciento de la población padece una discapacidad, pero solo el 33 por ciento de las personas con discapacidad en edad de trabajar participan realmente en el mercado de trabajo. En consecuencia, el Seguro Social de Salud (EsSalud) del Perú se ha volcado en promover la inclusión social y profesional de las personas con discapacidad.
EsSalud creó varios centros de rehabilitación profesional, en los que se ofrece formación profesional, desarrollo de capacidades y servicios de rehabilitación para mejorar la salud, la participación en la vida activa y la calidad de vida de los pacientes. Este servicio no solo se presta a las personas con discapacidad aseguradas, sino también a los miembros de su familia, en particular los niños, para apoyar su asistencia a la escuela.
En abril de 2020, durante la pandemia, se lanzó una nueva estrategia de “Rehabilitación en línea”. Se trató de la primera iniciativa a escala nacional para aprovechar las tecnologías de la información con el fin de ofrecer servicios de rehabilitación y garantizar la inclusión profesional y educativa de las personas con discapacidad.
A lo largo de los tres últimos años, el número de personas con discapacidad que regresaron al trabajo aumentó en un 20 por ciento. Unas 5 675 familias recibieron formación y capacitación, y 2 278 niños con discapacidad asistieron a la escuela, mejorando la vida de un promedio de 6 258 personas al año durante el período objeto de estudio.
Conclusión
Las buenas prácticas de las instituciones miembros de la AISS en las Américas muestran con claridad los resultados positivos y los amplios beneficios de las medidas de prevención y de rehabilitación adoptadas. En el marco de sus estrategias y programas de prevención, las instituciones miembros de la región están recurriendo a la innovación para abordar los riesgos profesionales y mejorar los servicios de información y de atención al ciudadano.
Dichas innovaciones están en consonancia con las Directrices de la AISS sobre la Prevención de Riesgos Profesionales, incluida la revisión de los procedimientos, la exploración de los canales digitales, el despliegue de campañas de sensibilización y actividades de formación, y la participación activa de trabajadores y empleadores. A fin de promover la salud en el lugar de trabajo, las medidas preventivas y de seguridad abordan varias enfermedades transmisibles y no transmisibles. Cabe destacar que también se están elaborando medidas de reintegración eficaces basadas en procesos de rehabilitación mejorados y multidisciplinares, así como cursos de formación médica y profesional impartidos en los centros de rehabilitación.
Debido a la crisis de la COVID-19, las instituciones de seguridad social de las Américas se han visto obligadas a adaptar de manera rápida sus programas de prevención y de seguridad y salud en el trabajo, haciendo un uso intensivo de los canales digitales y otras medidas específicas. Anticipándose a la prolongada duración de la pandemia y a los múltiples retos del futuro, siguen desarrollando y fomentando una cultura de la prevención que maximiza los beneficios de las recientes innovaciones de la región. La AISS respalda los esfuerzos de las instituciones miembros mediante directrices, buenas prácticas, webinarios, comunidades de prácticas, eventos especiales y la estrategia Vision Zero.