Análisis

Respuestas a los desafíos de la segunda ola de la COVID-19 relacionados con el empleo: el caso de Europa

Análisis

Respuestas a los desafíos de la segunda ola de la COVID-19 relacionados con el empleo: el caso de Europa

En Europa, debido a la segunda ola del coronavirus, se han vuelto a introducir medidas de distanciamiento físico, restricciones de la actividad económica, el teletrabajo, toques de queda y confinamientos desde el mes de septiembre. Sin saber a ciencia cierta cuánto durará la crisis sanitaria y qué efectos colaterales tendrá en la economía, los gobiernos han evaluado de nuevo la situación de las prestaciones y medidas de seguridad social introducidas desde el inicio de la pandemia.

En los meses de marzo y abril, las primeras medidas para hacer frente a la pandemia se centraron en mantener y proteger el empleo. Muchas de estas respuestas de emergencia tenían fecha de caducidad, alrededor de tres meses. Cuando quedó claro que los efectos económicos y la incertidumbre iban a alargarse, en junio y julio se puso en marcha una segunda fase de medidas de seguridad social relacionadas con el empleo destinadas a extender temporalmente y adaptar las medidas de emergencia en una situación en que los niveles de infección eras inferiores. Teniendo en cuenta las consideraciones financieras, algunos países redujeron la generosidad de las prestaciones, las destinaron a los sectores más afectados e iniciaron una transición hacia programas de prestaciones más regulares.

La segunda ola de la pandemia, que puso punto final a la eliminación gradual de las medidas de apoyo al empleo relacionadas con la COVID-19, ha llevado a los gobiernos a volver a extender varios programas temporales, generalizarlos y facilitar mayor flexibilidad y acceso. Entre los ajustes más comunes figuran la simplificación de los procesos administrativos, la ampliación de las definiciones de los grupos con derecho a percibir prestaciones y la concesión de ayudas complementarias a las prestaciones existentes.

Al mismo tiempo, se ha ampliado considerablemente el horizonte previsto para el final de las medidas especiales de protección del empleo relacionadas con la COVID-19, y ahora los programas especiales no empezarán a eliminarse gradualmente hasta 2021.

En el gráfico 1 figura un calendario simplificado de la evolución de algunas medidas especiales de protección del empleo relacionadas con la COVID-19 en una selección de países, incluidas las modificaciones más destacadas de cada programa. En el presente artículo, que se basa en artículos anteriores de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) publicados en marzo y julio, se pasa revista a los últimos avances logrados en la segunda ola de la pandemia en octubre y noviembre, y se presta especial atención a la protección del empleo y a las medidas destinadas a los trabajadores por cuenta propia.

Gráfico 1. Calendario de una selección de políticas de mantenimiento del empleo en el periodo de la COVID-19
Gráfico 1
Fuente: Coronavirus: monitor de medidas por país de la AISS (2020)

Medidas de protección del empleo: adaptaciones a la segunda ola

Los países europeos han adoptado una serie de medidas de seguridad social desde el inicio de la crisis para mantener los empleos, aliviar la crisis económica y evitar un aumento del desempleo:

  • reducción del tiempo de trabajo, también conocidos como programas de desempleo parcial.
  • despidos temporales, también conocidos como programas de desempleo temporal (como en Dinamarca y el Reino Unido).
  • medidas complementarias, como las transferencias monetarias de emergencia, los incentivos a la formación, las subvenciones adicionales a determinados sectores o la flexibilidad en algunas normas que rigen las prestaciones.  

Si bien estos programas han evolucionado a lo largo de la crisis, las modificaciones más recientes en el marco de las medidas adoptadas para hacer frente a la segunda ola pueden clasificarse en las siguientes categorías:

  • aumento del nivel de prestaciones o apoyo a los empleadores, que se refieren en particular a tasas de sustitución o prestaciones más altas;
  • facilitación del acceso a las prestaciones, como procedimientos administrativos más cortos y la flexibilización de las condiciones requeridas para tener derecho a las prestaciones;
  • extensión de los programas, en particular en relación con los sectores económicos a los que se aplican, los tipos de trabajadores cubiertos y el tiempo de duración (muchos programas se han extendido hasta bien entrado 2021);
  • apoyo a los trabajadores para adaptarse a una crisis prolongada, como medidas para apoyar la renovación de competencias, mayores prestaciones para los trabajadores que llevan mucho tiempo con jornada reducida, o permisos para trabajar con otro empleador durante el periodo en que se están percibiendo prestaciones por reducción del tiempo de trabajo.

A finales de septiembre, Francia confirmó que las disposiciones especiales para el desempleo parcial introducidas inicialmente en marzo se extenderían hasta mediados de 2021. La cobertura se ha extendido y ahora incluye a otros tipos de trabajadores, como los empleados con contratos especiales por días o por horas. El tiempo de acceso al régimen se ha reducido a 48 horas una vez presentada la solicitud por parte de los empleadores.

De la misma manera, en Alemania sigue en vigor el programa de reducción del tiempo de trabajo relacionado con la COVID-19 con un incremento de la tasa de sustitución de un 60 por ciento de los ingresos netos a un 70 por ciento (77 por ciento si se tiene un hijo), y hasta un 80 por ciento (87 por ciento si se tiene un hijo) después de siete meses en el programa. Estas medidas de reducción del tiempo de trabajo (Kurzarbeit) relacionadas con la COVID 19 estarán en vigor hasta finales de diciembre de 2021, y se calcula que contribuirán a mantener al menos un millón de empleos. Existe una disposición, en vigor hasta diciembre de 2020, que permite aceptar un segundo empleo para mantener el nivel de ingresos de antes de la pandemia.

España también extendió su programa de reducción del tiempo de trabajo (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE)) hasta finales de enero de 2021. Los empleados perciben la prestación monetaria por desempleo cuando se les tramita un ERTE, que, en circunstancias normales, reduce los derechos acumulados a esta prestación monetaria. Sin embargo, como se anunció en marzo, las personas en situación de ERTE no ejercerán el derecho acreditado a la prestación por desempleo. La tasa de sustitución, en lugar de reducirse de un 70 a un 50 por ciento después de seis meses, se mantendrá al 70 por ciento durante todo el periodo, hasta enero de 2021.

A principios de noviembre, el Reino Unido prolongó hasta marzo de 2021 el programa de apoyo al empleo (Job Support Scheme, conocido como programa de desempleo temporal) introducido a principios de este año. La ayuda a los empleadores aumentará bajo nuevas condiciones, y los empleados seguirán percibiendo el 80 por ciento de su salario actual (hasta 2 500 libras esterlinas (GBP)). En particular, la flexibilidad introducida en junio y en vigor hasta finales de diciembre permite que los beneficiarios trabajen a tiempo parcial para su empleador, algo similar a lo que ocurre en un programa de reducción del tiempo de trabajo que no está contemplado en la legislación ordinaria del Reino Unido.

Como el Reino Unido, Dinamarca no cuenta con un equivalente a un programa de reducción del tiempo de trabajo. Entre el 9 de marzo y el 8 de junio estuvo en vigor un programa de compensación salarial para el sector privado con el que los empleadores podían despedir temporalmente a sus empleados. Este programa se extendió posteriormente hasta el 29 de agosto y, a partir de septiembre, fue sustituido por un nuevo programa que permite la distribución flexible del trabajo disponible entre los empleados de una empresa. La reducción del número de horas trabajadas se ve compensada por un seguro de desempleo, hasta finales de diciembre de 2020, e incluso abril de 2021 en algunos casos.

Cada vez se incentiva más la formación profesional en Dinamarca, Alemania y España como complemento a los programas de protección del empleo y para capacitar a los trabajadores para nuevos empleos. Esto, aunque en cierta manera no concuerda con la naturaleza temporal de los programas de protección del empleo, es un reflejo del hecho de que las prestaciones se reciban durante más tiempo y de una mayor preocupación con respecto al futuro de algunos empleos que se quieren proteger. En octubre, el Servicio Público de Empleo de Austria (AMS) también introdujo una ayuda para continuar la formación profesional.

Cobertura de los trabajadores por cuenta propia: adaptaciones a la segunda ola

Las repercusiones económicas de la segunda ola han hecho que también sea necesario introducir nuevas prestaciones y modificaciones a los programas existentes para los trabajadores por cuenta propia. En términos generales, las medidas son similares a las introducidas para los empleados en el marco de programas de mantenimiento del empleo.

El Gobierno de España creó una nueva prestación monetaria extraordinaria para los trabajadores por cuenta propia que se vieron obligados a cesar temporalmente su actividad debido a los cierres obligatorios. Entre octubre de 2020 y enero de 2021, los trabajadores por cuenta propia tienen derecho a recibir el 50 por ciento de la base de cotización mínima correspondiente a su sector de actividad. El importe aumenta un 20 por ciento para familias numerosas y se reduce al 40 por ciento en caso de que el hogar cuente con otros miembros que cumplan las condiciones requeridas para recibir la prestación. El Estado cubre las cotizaciones a la seguridad social durante estos meses.

En Alemania, el Gobierno anunció una prestación monetaria extraordinaria para los trabajadores por cuenta propia y las empresas para el mes de noviembre. La prestación cubre hasta el 75 por ciento de las ventas previstas en noviembre.

En marzo, Francia puso en marcha un programa para que los trabajadores por cuenta propia (incluidos los artistas) y las pequeñas empresas de los sectores más gravemente afectados tuvieran acceso a un fondo solidario. En un principio, esta prestación mensual solo era accesible para las empresas de hasta diez empleados y con ingresos por debajo del millón de euros en el ejercicio fiscal anterior, pero se ha ampliado a empresas con hasta 20 empleados y, finalmente, con hasta 50. La prestación monetaria estaba inicialmente destinada a las personas que preveían una pérdida de ingresos de al menos el 70 por ciento. El umbral se rebajó al 50 por ciento a partir de octubre, y la cobertura se extendió a otras empresas afectadas. Para las empresas o los trabajadores por cuenta propia en riesgo de quiebra, el fondo puede complementar los ingresos con otra prestación monetaria de hasta 5 000 euros (EUR).

En el Reino Unido, el programa de ayuda a los ingresos de los trabajadores por cuenta propia (Self Employment Income Support Scheme (SEISS)) se ha prolongado para realizar dos pagos más a fin de cubrir los periodos entre noviembre de 2020 y enero de 2021 (primer pago), y entre febrero y abril de 2021 (segundo pago). Junto con la prolongación, el Gobierno también ha anunciado el incremento de la tasa de sustitución del 40 al 80 por ciento de los beneficios mensuales medios.

Dado que en Dinamarca la participación en un fondo de seguro de desempleo es voluntaria, el Gobierno alentó a los trabajadores por cuenta propia a afiliarse flexibilizando las condiciones para acceder a la prestación. Si pagaban 12 meses de cuota de afiliación retrospectivamente y se comprometían a permanecer en el fondo otros 12 meses, podían acceder de forma inmediata al seguro de desempleo.

Conclusión

El análisis de las medidas de seguridad social para mantener el empleo y prestar asistencia a los trabajadores por cuenta propia, así como los artículos anteriores de la AISS sobre la cuestión, ponen de manifiesto una característica única de la crisis de la COVID-19, que es muy difícil de gestionar para los gobiernos y las instituciones de seguridad social: la incertidumbre.

Tras una respuesta de emergencia audaz durante el periodo entre marzo y junio, y una estrategia de eliminación gradual de las medidas especiales formulada y ejecutada cuidadosamente entre julio y septiembre, la segunda ola de infecciones por COVID-19 ha exigido la reintroducción, generalización y extensión de las medidas de protección del empleo y de la ayuda especial para los trabajadores por cuenta propia.

Al mismo tiempo, la recepción durante cada vez más tiempo de prestaciones normalmente de corta duración y los esfuerzos por mejorar la empleabilidad en un contexto de incertidumbre han hecho que se introduzcan adaptaciones a los programas en vigor. Cabe mencionar como ejemplo de ello la mayor importancia que ha cobrado la renovación de las competencias de los trabajadores con tiempo de trabajo reducido.

Por último, incluso si los países quieren poder controlar más pronto que tarde la crisis sanitaria inmediata, cabe esperar que los efectos de la crisis en el mercado de trabajo se prolonguen más en el tiempo. Además, la recuperación económica acelerará probablemente la tendencia a una economía digital y a las transformaciones correspondientes en el mercado de trabajo. Alcanzar un equilibrio entre las preocupaciones por la sostenibilidad financiera de los programas y el objetivo de responder a las necesidades del mercado de trabajo, la eliminación gradual de las medidas especiales y su transición hacia programas regulares será un desafío en 2021 y después.

En este proceso es esencial tener en cuenta las lecciones positivas de la respuesta a la crisis para reforzar a largo plazo la cobertura de los trabajadores por cuenta propia, prestar apoyo a los trabajadores atípicos y lograr una mejor coordinación de los distintos programas.

Referencias

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