La inversión de los fondos de reserva de la seguridad social, cuyo propósito inicial era salvaguardar el valor de los activos financieros y garantizar la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes de pensiones, se ha convertido en una de las operaciones más importantes de la administración de la seguridad social. Originalmente, las decisiones en materia de inversiones dependían principalmente de la búsqueda de capitales por parte de los inversores y se guiaban por los principios fundamentales de seguridad, liquidez y rendimiento, prestando especial atención a los instrumentos y los mercados financieros (Cichon y otros, 2004).
Sin embargo, en África, la inversión de los fondos de reserva de la seguridad social no se limita ya exclusivamente a los fondos de pensiones sino que incluye los regímenes de protección social que otorgan prestaciones de corta y media duración, como los regímenes de seguro de enfermedad, maternidad, accidentes de trabajo y desempleo. Además, los principios de inversión han trascendido los principios rectores de seguridad, liquidez y rendimiento para incluir las dimensiones socioeconómicas, y en ocasiones políticas, de la protección social, con una tendencia cada vez mayor a la inversión con objetivos económicos (IOE) y a la inversión socialmente responsable (ISR) de los fondos de reserva de la seguridad social.
Está muy extendida la idea de que los fondos de reserva desempeñan un papel fundamental para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes de seguridad social. No obstante, Plamondon y otros (2002) señalan que las reservas de la seguridad social tienen una función aún más importante en la formulación de las políticas de protección social, ya que determinan las tasas de cotización y contribuyen al desarrollo del entorno macroeconómico y del marco de política social. Por esta razón, cobra sentido que el objetivo de las inversiones de las reservas de la seguridad social pase, de manera gradual pero progresiva, de la obtención de beneficios a la creación de valor.
La inversión centrada en la obtención de beneficios está impulsada por el afán de salvaguardar el valor de los activos, especialmente de los recursos financieros, con el fin de garantizar la viabilidad financiera a corto plazo y la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes de seguridad social. Por este motivo, se da prioridad a los principios de seguridad, liquidez y rendimiento. Sin embargo, la inversión centrada en la creación de valor se basa en la convicción de que la mejora de la eficacia y la eficiencia contribuye a reducir los costos administrativos y a compensar las ganancias no percibidas. Esta es la razón por la que se invierte en medidas de reducción de costos, como las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y el desarrollo de los recursos humanos.
Por otra parte, la inversión centrada en la creación de valor adopta también la forma de medidas encaminadas a optimizar los ingresos procedentes de las cotizaciones y a reducir al mínimo los gastos en prestaciones, como alternativa a la obtención de beneficios para financiar unos niveles de gasto potencialmente más elevados. Esto ha favorecido que las reservas de la seguridad social se inviertan en iniciativas de ahorro de costos, como los proyectos de prevención; en proyectos que generan ingresos, como la creación de puestos de trabajo y la promoción de empleo en el sector formal de la economía; y en iniciativas en materia de salud y acción social destinadas a promover la protección de la seguridad social para todos.
Las distintas preferencias en materia de inversiones ofrecen a las administraciones de la seguridad social de todo el mundo múltiples objetivos y oportunidades. En África, la región con el mayor déficit de desarrollo de infraestructuras y de protección de la seguridad social (OIT, 2017), la inversión de los fondos de reserva de la seguridad social adquiere una importancia aún más decisiva.
El presente artículo tiene el objeto de analizar estos conceptos y justificar la inversión centrada en la creación de valor, en lugar de limitarse únicamente a la rentabilidad como mecanismo para reforzar la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes de seguridad social y extender su cobertura. Se presenta una síntesis de las prácticas de inversión de las instituciones miembros de la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS) de la región de África, haciendo especial hincapié en los proyectos presentados al concurso del Premio de Buenas Prácticas de la AISS para África 2020.
Marco teórico-empírico para la inversión de los fondos de la seguridad social
Tradicionalmente, la inversión de los excedentes de la seguridad social se ha realizado por medio de los mercados financieros o de sus instrumentos, como modo de transferir capital de las administraciones de la seguridad social a los empresarios. Por lo general, estos excedentes se invierten con las expectativas justificadas de obtener rendimientos positivos, es decir, rentabilidad, teniendo en cuenta los requisitos de seguridad y liquidez de los regímenes de seguridad social (Cichon y otros, 2004).
Si bien estos principios siguen siendo pertinentes, tanto el aumento de los excedentes que constituyen los fondos de reserva como el aplazamiento o la eliminación de la necesidad de liquidar las inversiones para cubrir los gastos ordinarios, han dado lugar a nuevas dinámicas en la inversión de los fondos de la seguridad social. En la práctica, el paradigma de las inversiones ha pasado de la inversión para obtener beneficios a la inversión para la creación de valor, sin por ello menoscabar los requisitos de seguridad y liquidez. Esta tendencia se ha traducido en nuevas formas y maneras de invertir los fondos de la seguridad social, entre otros, en el desarrollo y la mejora de los regímenes, en infraestructuras públicas y en infraestructuras sociales y sanitarias autogestionadas.
A pesar de esta evolución de la inversión para obtener beneficios a la inversión para crear valor, el objetivo de garantizar la viabilidad financiera, la solvencia y la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes de seguridad social sigue siendo primordial en las decisiones de inversión. Sin embargo, se ha producido un cambio en los enfoques y las preferencias en materia de inversiones en los distintos países e instituciones de seguridad social, lo que ha revelado una nueva perspectiva con respecto a los principios de inversión fundamentales de seguridad, liquidez y rendimiento.
Por ejemplo, las instituciones de seguridad social suelen tener dos categorías principales de gastos, a saber, los gastos administrativos y los gastos en prestaciones, y dos categorías principales de ingresos, es decir, los ingresos procedentes de las cotizaciones y los ingresos por la rentabilidad de las inversiones. El excedente o déficit neto de explotación se obtiene al deducir el total de los gastos operacionales de los ingresos totales. Si una institución opta por invertir en el desarrollo de los regímenes —por ejemplo, en TIC— como alternativa a inversiones que generen ingresos, es probable que mejore su eficacia y eficiencia administrativa y logre una reducción neta de los gastos administrativos. En estas circunstancias, la reducción de los gastos administrativos compensará las ganancias no percibidas, es decir, los ingresos derivados del rendimiento de las inversiones.
Por otra parte, si se opta por invertir en el desarrollo de infraestructuras o en iniciativas de promoción del empleo, se genera una tendencia al aumento generalizado del empleo que quizás favorezca la extensión de la cobertura de seguridad social. Esta situación puede producir a su vez un aumento de los ingresos procedentes de las cotizaciones que compense la pérdida de ingresos por concepto de inversiones. Por esta razón, las administraciones de la seguridad social optan cada vez más por las inversiones con objetivos económicos y las inversiones socialmente responsables.
Por otra parte, la disminución de los tipos de interés, la saturación de los mercados financieros nacionales e internacionales y las restricciones aplicadas a las inversiones transfronterizas favorecen la acumulación de reservas de la seguridad social, que constituyen una fuente importante de capital interno. Ante la limitada demanda de capital por parte de los empresarios debido a los crecientes riesgos de inversión, así como a unos mercados financieros nacionales poco preparados y/o ineficientes, o a la desaceleración económica a gran escala, las administraciones de la seguridad social acumulan más reservas de las que se requieren para posibles contingencias, lo que provoca un exceso de liquidez y el consiguiente riesgo de ineficacia o ineficiencia administrativa y de injerencias políticas.
En un esfuerzo por mitigar estos riesgos, las instituciones miembros de la AISS de la región de África están elaborando nuevas estrategias y aplicando nuevos enfoques en materia de inversión de los fondos de la seguridad social. Teniendo debidamente en cuenta los principios fundamentales de seguridad, liquidez y rendimiento, las administraciones de la seguridad social tienden cada vez más a crear valor mediante la inversión en el desarrollo socioeconómico, en infraestructuras y en la atención de salud, así como en iniciativas de acción social destinadas a fomentar el desarrollo socioeconómico y estimular la demanda interna y la creación de empleo. Esta evolución de la inversión para obtener beneficios a la inversión para crear valor plantea nuevas oportunidades y desafíos a las administraciones de la seguridad social (Willis Towers Watson y Asociación Internacional de la Seguridad Social, 2019).
Conviene destacar que las inversiones para la creación de valor (IOE e ISR) suelen tener plazos de maduración más largos, por lo que se evalúan sobre la base de su solvencia y valor neto, en lugar de primar la liquidez y el rendimiento a corto plazo. A pesar de ello, la seguridad sigue siendo un principio fundamental que rige la inversión de los fondos de la seguridad social. Asimismo, dado que, en general, no se prevé la liquidación o la enajenación de las IOE y las ISR a corto o medio plazo para financiar los gastos ordinarios en protección social ni los costos administrativos, este tipo de inversiones constituyen bases de financiación alternativas para la protección social con horizontes temporales más largos.
En la sección que figura a continuación se presenta el concepto de inversión centrada en la creación de valor y una síntesis de las prácticas de inversión realizadas recientemente por instituciones miembros de la AISS en África, en particular las buenas prácticas relacionadas con la inversión que se presentaron al concurso del Premio de Buenas Prácticas de la AISS para África 2020.
Invertir para crear valor: síntesis de las prácticas de inversión de las instituciones miembros de la AISS en África
Las buenas prácticas que se presentaron al concurso de 2020 ilustran claramente la evolución de los planteamientos de inversión, de la inversión para obtener beneficios a la inversión para crear valor. Si bien la inversión con objetivos económicos y la inversión socialmente responsable siguen siendo los instrumentos fundamentales, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, en particular el Objetivo 7: energía asequible y no contaminante, el Objetivo 8: trabajo decente y crecimiento económico, el Objetivo 9: industria, innovación e infraestructuras y el Objetivo 13: acción por el clima, plantean nuevos desafíos y ofrecen nuevas oportunidades en materia de inversión a las instituciones miembros de la AISS en África.
A medida que la nueva dinámica de inversión para crear valor adquiere importancia respecto de otros objetivos, como la rentabilidad y la liquidez a corto plazo, las instituciones miembros de la AISS han ampliado sus clases de activos para incluir filiales mediante adquisiciones y absorciones. Asimismo, han aumentado la inversión en servicios sociales y de salud, así como en el sector del turismo y la hostelería, en infraestructuras y en la creación de puestos de trabajo y la promoción del empleo. En otros casos, especialmente en lo referente a los regímenes de accidentes de trabajo, se ha invertido en prevención y rehabilitación, con el fin de reducir al mínimo la ocurrencia y la gravedad de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, y favorecer el regreso al trabajo con un gran potencial de ahorro de costos.
Adquisiciones y absorciones
La función principal de las instituciones de seguridad social consiste en registrar a los beneficiarios y los cotizantes, recaudar las cotizaciones y abonar las prestaciones a los beneficiarios con derecho a ellas. Sin embargo, también se ocupan de actividades subsidiarias, como la inversión de los excedentes y los fondos de reserva, así como de la solución de problemas relacionados con la recaudación de cotizaciones de aquellas personas y empleadores que no pueden pagarlas o se niegan a hacerlo.
Es interesante destacar que algunas instituciones miembros de la AISS en África, como la Caja Nacional de Previsión Social (Caisse nationale de prévoyance sociale – CNPS) del Camerún, han aprovechado las oportunidades de inversión para hacer frente a las dificultades relacionadas con la recaudación de cotizaciones por parte de empleadores solventes pero con limitaciones financieras. Un claro ejemplo de ello es la liquidación de deudas por medios no monetarios. En lugar de recurrir a medidas coercitivas para recaudar las cotizaciones de empleadores con problemas de liquidez, la CNPS ha optado por un mecanismo de compensación no monetario, que permite la conversión de la deuda pendiente en acciones de las empresas deudoras y/o la dación en pago de sus activos.
Un año después de la aplicación de este enfoque, la CNPS ha recaudado más de 15 000 millones de francos CFA (XAF), que representan cerca del 8 por ciento de una deuda total de 190 000 millones de XAF declarada inicialmente como incobrable. A raíz de ello, se han adquirido dos terrenos urbanos, se dejaron de abonar los honorarios por ciertos bienes y servicios prestados en el marco de contratos públicos, y se compensaron las facturas de teléfono e Internet con el operador nacional de telecomunicaciones, así como las de una veintena de proveedores de servicios. En consecuencia, se ha mejorado el cumplimiento y la recaudación de las cotizaciones sociales pendientes (AISS, 2020a).
Protección del medio ambiente y energías renovables
Por encima de su función tradicional de proporcionar protección social a la población, las instituciones de seguridad social deben asumir su responsabilidad social institucional. Esta responsabilidad se ve reforzada por los principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 relativos a la protección del medio ambiente.
Por consiguiente, el Fondo de Pensiones de las Autoridades Locales (Local Authorities Pension Trust ‒ LAPT) de Kenya invirtió en la creación de valor sostenible, en particular en la protección del medio ambiente y el fomento del empleo y del trabajo decente, como alternativa a las prácticas de inversión tradicionales. En un esfuerzo por reducir las emisiones de carbono, el LAPT invirtió en la instalación de sistemas solares fotovoltaicos para fomentar el consumo de energía sostenible y favorecer su gestión.
La instalación del sistema solar fotovoltaico ha permitido a la institución ahorrar más de 25 000 dólares estadounidenses (USD) en su consumo eléctrico entre agosto y diciembre de 2019, unos 5 000 USD mensuales, y, por extensión, reducir sus costos administrativos totales. Asimismo, el sistema solar fotovoltaico ha evitado que se emitieran más de 19 toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, contribuyendo así a frenar el calentamiento global y la contaminación atmosférica (AISS, 2020b).
Servicios sociales y de salud
El acceso a los servicios sociales y de salud básicos ocupa un lugar destacado en la agenda de la protección social universal. Si bien las instituciones de seguridad social tienen el deber fundamental de atender a la dimensión financiera de la protección social universal, también pueden desempeñar un papel no menos importante en el suministro de infraestructuras sanitarias y servicios sociales mediante la inversión de los fondos de reserva de la seguridad social.
Como parte de estos esfuerzos y en un contexto caracterizado por el aumento de los costos de la atención de salud, la Mutualidad de la Función Pública (Mutuelle de la fonction publique ‒ MFP) de Burundi recurrió a la inversión para establecer de manera progresiva sus propias farmacias cerca de los hospitales públicos asociados. De esta manera, la Mutualidad está ganando terreno para regular el costo de los medicamentos, llegar mejor a los pacientes y afiliados, contrarrestar el desequilibrio económico y reforzar su viabilidad financiera y sostenibilidad a largo plazo (AISS, 2020c).
En la misma línea, la Oficina Nacional de Seguridad Social (National Social Security Authority – NSSA) de Zimbabwe invirtió en viviendas adaptadas para los pensionistas con discapacidad grave en el marco del proyecto “Dzimba”. Si bien la NSSA cuenta con un programa integral de rehabilitación, carecía de un programa de vivienda para hacer frente al problema de los trabajadores gravemente lesionados sin hogar. Gracias a la puesta en marcha de este proyecto, la duración de la estancia de los trabajadores lesionados admitidos, o readmitidos, en el centro de rehabilitación y compensación de los trabajadores (Workers’ Compensation Rehabilitation Centre) se redujo de nueve meses a menos de una semana. Asimismo, el número de admisiones y readmisiones para tratar las úlceras por presión se redujo en un 33 por ciento y un 71 por ciento, respectivamente (AISS, 2020d). Por consiguiente, los costos de funcionamiento del centro de rehabilitación disminuyeron considerablemente y se mejoraron las condiciones de vida de los trabajadores lesionados.
Creación de puestos de trabajo y promoción del empleo
En los programas de justicia social y trabajo decente, la protección social y el empleo guardan una relación estrecha y de reciprocidad. Si bien las instituciones de seguridad social se han comprometido a extender la cobertura a los grupos de población vulnerables, pero desprovistos de protección social, se enfrentan al problema de los altos niveles de empleo informal o precario, especialmente en las economías en desarrollo al sur del Sáhara. Esta situación ha supuesto uno de los principales obstáculos para la extensión de la cobertura social de los regímenes contributivos de la seguridad social, que imperan en el ámbito de la protección social en África.
Ante estos desafíos y con el compromiso de promover la seguridad social en el continente, las instituciones miembros de la AISS están realizando grandes avances con miras a crear más y mejores puestos de trabajo y fomentar el empleo juvenil gracias a inversiones adecuadas de los fondos de reserva de la seguridad social. La Caja Nacional de Seguridad Social (National Social Security Fund – NSSF) de Uganda ha acometido esta labor mediante inversiones para facilitar la creación de empleo por medio de la innovación.
La NSSF estableció un vínculo entre el empleo, el empoderamiento de los jóvenes y la extensión de la cobertura social al respaldar el ecosistema de nuevas empresas, lo que permite crear nuevas oportunidades de desarrollo económico apoyando a las empresas con mayor potencial de crecimiento. De esta forma, se consigue un “efecto dominó” en el empleo, las recaudaciones del Gobierno (impuestos, NSSF, etc.), la formación profesional y la inversión potencial de inversores externos. Por lo tanto, se generan oportunidades para la promoción del empleo y la creación de puestos de trabajo en las empresas, lo que tiene repercusiones de gran alcance en la extensión de la cobertura y en la mejora de la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo del régimen (AISS, 2020e).
En el mismo sentido, la Comisión de la Seguridad Social (Social Security Commission – SSC) de Namibia invirtió por medio del Fondo de Desarrollo de la SCC en la creación de una plataforma destinada a fomentar la creación de empleo, con el fin de dar respuesta a los altos niveles de desempleo. Gracias a esta plataforma y a la colaboración con las partes interesadas, se comprobó que la financiación de proyectos de desarrollo permite atender las necesidades de los beneficiarios, así como abordar las necesidades específicas del país o del lugar en lo referente a la creación de empleo, la mitigación de la pobreza y la formación profesional, lo que tiene repercusiones de gran alcance en el desarrollo de la sociedad y en la extensión de la protección de la seguridad social a los grupos de población más vulnerables (ISSA, 2020f).
Prevención y rehabilitación
Los regímenes de seguridad social, especialmente los de pensiones, salud y accidentes de trabajo, se enfrentan al sempiterno problema del aumento de los gastos debido al envejecimiento de la población, los crecientes costos de la atención de salud y una mayor prevalencia de la morbilidad y de las enfermedades crónicas entre los grupos de población asegurados. A ello hay que añadir la creciente volatilidad socioeconómica, la saturación de los mercados financieros y la disminución de los tipos de interés en un entorno de riesgos de inversión crecientes.
A pesar de estos desafíos, los regímenes de pensiones están recurriendo a la inversión con objetivos económicos y a la inversión socialmente responsable acompañadas de medidas para estimular el empleo mediante intervenciones en el mercado de trabajo, con el fin de aumentar los ingresos por cotizaciones, y de amplias reformas destinadas a garantizar la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo de los regímenes públicos de pensiones. Por otra parte, los regímenes de salud y de accidentes de trabajo tienen la posibilidad de reducir las contingencias mediante la prevención, la rehabilitación y el fomento de la seguridad y salud en el trabajo. De esta forma, es posible reducir la incidencia de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales y facilitar el regreso al trabajo, lo que permite disminuir el gasto en prestaciones y reforzar la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo de estos regímenes.
La Caja Nacional de Seguridad Social (Caisse nationale de sécurité sociale – CNSS) de Djibouti estableció una política de prevención de riesgos profesionales como parte de su estrategia de inversión. Antes de que se pusiera en marcha esta iniciativa, los trabajadores lesionados recibían una indemnización en caso de accidente de trabajo o de enfermedad profesional, lo que provocaba un aumento de los gastos en prestaciones, que tenía repercusiones de gran alcance en la viabilidad financiera del régimen. Gracias a la aplicación de esta política, se lograron mejoras en el bienestar de los trabajadores y una reducción del número de accidentes de trabajo en los sectores de la construcción, la hostelería y el mantenimiento industrial, llegando al 35 por ciento de las empresas afiliadas a la CNSS en un período de cinco años (AISS, 2020g).
Turismo y hostelería
Mientras que las inversiones son cada vez más numerosas y sofisticadas, las administraciones de la seguridad social se encuentran ante nuevas oportunidades de invertir en el sector del turismo y de la hostelería, en el que la demanda de capital está aumentando, especialmente en las economías en desarrollo. Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (World Travel and Tourism Council – WTTC) y Oxford Economics (2020), el sector de los viajes y el turismo experimentó un crecimiento del 3,5 por cierto en 2019, superando el crecimiento de la economía mundial del 2,5 por ciento por noveno año consecutivo. En el último lustro, este sector ha creado uno de cada cuatro nuevos puestos de trabajo, lo que lo convierte en un buen aliado de los gobiernos a la hora de generar empleo.
Para aprovechar este potencial de crecimiento, el Fondo de Seguridad Social (Social Security Fund – SSF) de Libia ha puesto en marcha un proyecto de inversión en el sector hotelero, que ha supuesto la construcción de 18 hoteles y 3 villas turísticas, y ha creado un total de 3 700 empleos entre todos los hoteles y complejos. Esta inversión ha generado un rendimiento de 228 039 865 dinares libios (LYD) durante el período 1994-2010, lo que supone unos ingresos anuales medios de 13 414 109 LYD (AISS, 2020h). De la experiencia del FFS de Libia se desprende claramente que la inversión en turismo constituye una forma de apoyar el desarrollo económico, la creación de puestos de trabajo y la promoción del empleo, así como un instrumento para extender la protección de la seguridad social tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.
Conclusión
En un entorno cada vez más complejo e incierto para las inversiones, las iniciativas de reducción o de ahorro de costos son una alternativa a la obtención de rendimientos y desempeñan una función crucial en la creación de valor para los sistemas de seguridad social. Además, tanto la generación de ingresos —a partir de iniciativas de promoción del empleo o de la inversión en proyectos que permitan ampliar la base de cotización mediante la creación de puestos de trabajo y el fomento del empleo decente— como las medidas para garantizar el cumplimiento y mejorar la recaudación de cotizaciones, pueden desempeñar un papel fundamental para extender la cobertura efectiva y mejorar la viabilidad financiera y la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas de seguridad social.
Así pues, es importante que las administraciones de la seguridad social evalúen los objetivos de sus inversiones y aprovechen las nuevas oportunidades en el marco de la inversión centrada en la creación de valor. Este tipo de inversiones ofrecen opciones alternativas que no se limitan a los principios de seguridad, liquidez y rendimiento, sino que abarcan la gestión de la liquidez a corto plazo y refuerzan la sostenibilidad financiera a largo plazo de los sistemas de protección social. Las experiencias de las instituciones miembros de la AISS en África han puesto de relieve que:
- se está produciendo un cambio gradual en las preferencias en materia de inversión, pasando de invertir para obtener beneficios primando los principios fundamentales de seguridad, liquidez y rendimiento, a invertir para crear valor, con la seguridad y la solvencia como criterios determinantes de las decisiones de inversión;
- en un contexto caracterizado por el aumento de la complejidad y unas tasas de rentabilidad e interés decrecientes, las instituciones miembros de la AISS de África están aprovechando las nuevas oportunidades de inversión y aplicando estrategias innovadoras para hacer frente a los nuevos desafíos;
- la inversión de los fondos de reserva de la seguridad social se ha convertido en una de las funciones centrales de las administraciones de la seguridad social, que puede ejercer una influencia considerable en la trayectoria socioeconómica de los países, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.
Mediante iniciativas innovadoras, las instituciones de seguridad social africanas presentan enfoques de inversión orientados a la creación de valor sin menoscabar la seguridad de los fondos invertidos, con la finalidad de mejorar los aspectos administrativos de los sistemas de seguridad social y consolidar su viabilidad financiera y sostenibilidad a largo plazo.
Referencias
AISS. 2020a. Liquidación de deudas por medios no monetarios. Buena práctica de la Caja Nacional de Previsión Social – Camerún: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020b. Opciones de inversión alternativas para las instituciones de seguridad social: energía verde. Inversión en un sistema solar fotovoltaico para fomentar el consumo de energía sostenible y favorecer su gestión en las propiedades del régimen. Buena práctica del Fondo de Pensiones de las Autoridades Locales – Kenya: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020c. Implantación progresiva de farmacias de la Mutualidad por todo el país. Proveer medicamentos a los asegurados a precios sociales. Buena práctica de la Mutualidad de la Función Pública – Burundi: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020d. Proyecto “Dzimba”. Viviendas adaptadas para los pensionistas con discapacidad grave. Buena práctica de la Oficina Nacional de Seguridad Social – Zimbabwe: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020e. Facilitar la creación de empleo por medio de la innovación. Apoyar la creación de empleo sostenible interviniendo en el ecosistema de nuevas empresas. Buena práctica de la Caja Nacional de Seguridad Social – Uganda: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020f. Namibia: hacia la creación de empleo sostenible. Buena práctica de la Comisión de la Seguridad Social – Namibia: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020g. Establecimiento de una política de prevención de riesgos profesionales. Buena práctica de la Caja Nacional de Seguridad Social – Djibouti: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2020h. Inversión en el sector hotelero. Buena práctica del Fondo de Seguridad Social – Libia: Premio de Buenas Prácticas de la AISS, África 2020. Ginebra: Asociación Internacional de la Seguridad Social.
Cichon, M. et. al. 2004. Financing social protection: Quantitative methods in social protection series. Una publicación técnica conjunta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS).
Consejo Mundial de Viajes y Turismo (2020). Economic Impact Reports.
OIT. 2017. Informe Mundial sobre la Protección Social, 2017 – 2019: La protección social universal para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ginebra: Organización Internacional del Trabajo (2017).
Plamondon, P. et al. 2002. Actuarial practice in social security: Quantitative methods in social protection series. Una publicación técnica conjunta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS).
Willis Towers Watson y Asociación Internacional de la Seguridad Social (2019). Infrastructure investment. Challenges and opportunities for social security reserve funds.