ANÁLISIS DE BUENAS PRÁCTICAS

La seguridad social integra la perspectiva de género en las Américas

ANÁLISIS DE BUENAS PRÁCTICAS

La seguridad social integra la perspectiva de género en las Américas

Para construir sociedades más justas e inclusivas es necesario erradicar las causas profundas de la desigualdad de género. A tal efecto, el acceso a la seguridad social es una medida importante, ya que promueve el empoderamiento económico de la mujer. Cabe destacar que los sistemas de seguridad social deben diseñarse y administrarse teniendo en cuenta las cuestiones de género.

El reciente Premio de Buenas Prácticas de la AISS para las Américas 2020, al que se presentaron más de 130 propuestas, así como otras actividades de la AISS, ponen de manifiesto medidas para que las instituciones de seguridad social de la región aborden las desigualdades de género. Las innovaciones, tanto en la elaboración de programas como en los métodos de aplicación, permiten a las instituciones de seguridad social tener más en cuenta las necesidades y la situación de las mujeres, y trabajar para eliminar los obstáculos de acceso relacionados con el género.

Este artículo se centra en tres tipos de medidas importantes que se destacan de las buenas prácticas de las instituciones de seguridad social de la región:

  • La creación de capacidad para integrar la perspectiva de género en la seguridad social
  • La mejora de los servicios de maternidad en las zonas rurales
  • La supresión de los obstáculos de acceso por medio de servicios electrónicos

Enfoques de seguridad social con una perspectiva de género

En el reciente webinario de la AISS sobre igualdad de género en la seguridad social se insistió en la necesidad imperiosa de proponer y respaldar políticas de salud, trabajo y seguridad social que tengan en cuenta las cuestiones de género a fin de abordar las causas profundas de la desigualdad de género.
En este sentido, la experiencia de la Mutual de Seguridad CChC y del Círculo Católico de Obreros del Uruguay Mutualista ilustra cómo las instituciones de seguridad social aplican una perspectiva de género al suministro de programas y servicios.

El Círculo Católico de Obreros del Uruguay Mutualista ideó un enfoque transversal para incorporar una perspectiva de género en todos los servicios mediante la capacitación del personal, desde los empleados de los servicios de atención al ciudadano hasta la alta dirección. La institución está dotada de una Comisión Bipartita de Salud y Seguridad Laboral que actúa como equipo multidisciplinario encargado de coordinar, promover y fomentar el trabajo sobre la reducción de las desigualdades. En concreto, la Comisión presta servicios a mujeres y niñas para afrontar la violencia de género sistémica que las afecta. Entre estos servicios se encuentra la vivienda para las mujeres víctimas de la trata de personas, así como servicios psicosociales gratuitos para mujeres, adolescentes y niñas víctimas de abuso sexual. La institución difunde al público información para la prevención de estos abusos.

Este enfoque multidisciplinario está en consonancia con la estrategia nacional uruguaya de integración de las consideraciones de género en el sector de la salud mediante la coordinación de medidas de seguridad social, servicios sociales y empleo. Este Sistema Nacional Integrado de Salud ofrece un foro dedicado a la formulación y la evaluación de políticas desde una perspectiva de género. Abre un debate sobre temas como el trabajo no remunerado en la economía del cuidado a las personas y ayuda a comprender mejor cómo los estereotipos de género generan obstáculos que resultan en una menor participación de las mujeres en el mercado de trabajo, en remuneraciones más bajas o en trabajo no remunerado de prestación de cuidados.

En Chile, la Mutual de Seguridad CChC reconoce las diferencias de género, tanto sociales como biológicas, a la hora de calibrar sus respuestas a los riesgos y a los accidentes de trabajo. La brecha salarial de género existe en todos los sectores de la economía y el mercado de trabajo refleja los roles de género en el hogar, dado que las mujeres se concentran más en la economía del cuidado y los hombres en la construcción, la minería y los deportes. Para adaptarse a esta situación, los enfoques de prevención tienen más en cuenta las cuestiones de género al integrar la probabilidad de que las personas aseguradas sufran ciertos tipos de accidentes o padezcan determinadas enfermedades, en lugar de simplemente utilizar protocolos estándar. Por ejemplo, las mujeres tienen una mayor propensión que los hombres a enfermar a causa de la exposición a ciertos agentes químicos agrícolas. El reconocimiento de esta diferencia ayuda a comprender la mayor propensión de las mujeres a enfermar al realizar dichos trabajos, lo que a su vez genera información crucial para realizar los ajustes necesarios en el lugar de trabajo.

Además del ejemplo del Uruguay antes mencionado, en otras instituciones de la región, la formación del personal también es un factor importante para avanzar hacia sistemas de prestación de servicios que integren la perspectiva de género. En la Argentina, la Asociación Mutual de Protección Familiar (AMPF) realiza una campaña anual el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, para formar a su personal en cuestiones de igualdad de género. En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aborda la violencia obstétrica por medio de talleres de formación que organiza periódicamente para que el personal brinde a las pacientes servicios de maternidad más sensibles, compasivos y dignos.

n el cuadro A se presentan ejemplos de medidas adoptadas por las instituciones de seguridad social de la región y se evalúan sus efectos en comparación con la situación anterior.

Cuadro A. Medidas para sensibilizar al personal sobre las desigualdades y la discriminación de género
Institución Antes Ahora
Uruguay, Círculo Católico de Obreros del Uruguay Mutualista

Enfoque integral para luchar contra la violencia de género y generacional en los servicios de salud.
Era necesario mejorar la atención y el servicio a las víctimas de violencia de género; hacer intervenir a otros actores de la seguridad social; sensibilizar y formar al personal para prestar más atención y brindar cuidados integrales a este grupo vulnerable. Ha mejorado la calidad de los servicios de atención a las personas aseguradas y víctimas de violencia de género; formación periódica para concienciar y capacitar al personal sobre cómo gestionar las cuestiones relacionadas con el género; mayor facilidad de acceso gracias a la descentralización de los servicios y la toma de decisiones a las oficinas locales.
Argentina, Asociación Mutual de Protección Familiar

Taller el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer
Era necesario un análisis exhaustivo de las diferencias en los servicios prestados a los miembros hombres y mujeres para mejorar la experiencia general del cliente. Talleres de sensibilización sobre las desigualdades de género y los servicios prestados a los miembros, en particular en la vejez; mayor interés y conocimiento del personal sobre este tema.
México, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS)

Formación en materia de servicios al cliente para mejorar los servicios destinados a las mujeres embarazadas.
Era necesario mejorar el servicio para las mujeres embarazadas. El programa “Saludar, Escuchar, Responder” fue elaborado específicamente para mejorar la experiencia de atención de maternidad (cuidados prenatales, parto y posparto).

Énfasis en la reducción de la mortalidad materna y la mejora de los servicios de salud

En los últimos años, se han logrado avances significativos en la reducción de la tasa de mortalidad materna en América Latina y el Caribe de 88 por 100 000 nacidos vivos en 2005, a 74 en 2017. Sin embargo, persisten las disparidades dentro de los territorios nacionales, que se observan en particular en la falta de acceso de las poblaciones rurales a una atención de salud de calidad. En este contexto, pueden resultar eficaces las estrategias para elaborar y aplicar medidas específicas destinadas a satisfacer las necesidades de los grupos de población que experimentan dificultades de acceso a determinadas prestaciones de la seguridad social.

En México, por ejemplo, la introducción de servicios gratuitos de atención obstétrica, de maternidad y postnatal de alto riesgo en las zonas rurales ha reducido las tasas de mortalidad materna. Esta disminución ha sido particularmente visible en el caso de las mujeres indígenas, grupo típicamente desatendido de la región. Estos enfoques están demostrando su eficacia en la reducción de las desigualdades dentro del propio género relacionadas con el origen étnico, el nivel de ingresos y el lugar de residencia. Otra finalidad del programa es mejorar el sistema de derivación y la coordinación entre hospitales, de manera que se puedan controlar los embarazos de riesgo y reducir al mínimo el riesgo de intervenciones de emergencia. Después de 12 años de funcionamiento del programa, el número de decesos derivados de complicaciones del embarazo se redujo de 113 por cada 100 000 embarazos en 2007, a 28 en 2019.

El Seguro Social de Salud (EsSalud) del Perú publicó un folleto con una lista de verificación para los controles prenatales que ayudó a homogeneizar los servicios de maternidad de los distintos proveedores de servicios de salud. El folleto, que contiene información general sobre la atención de salud materna, está disponible en español, quechua y aimara, y se distribuye a las mujeres embarazadas. El reemplazo de los registros en papel por una aplicación informática compartida entre los hospitales y la Oficina de Planificación y Calidad de EsSalud permitió integrar los datos de los pacientes, reducir la carga administrativa del personal de supervisión de nivel superior y mejorar los servicios, incluido el chequeo de las mujeres embarazadas de alto riesgo.

El cuadro B proporciona más información sobre estas medidas y compara la situación actual con las deficiencias observadas anteriormente.

Cuadro B. Mejor atención médica para las mujeres embarazadas
Institución Antes Ahora
México, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

Atención especializada para mujeres embarazadas de alto riesgo o con complicaciones o urgencias obstétricas afiliadas a IMSS-Bienestar en los  hospitales de segundo y tercer nivel del IMSS
Altas tasas de mortalidad materna en las zonas rurales. Atención pre y postnatal gratuita, incluidas las emergencias quirúrgicas derivadas de complicaciones durante el embarazo y el parto, disponible en hospitales de segundo y tercer nivel para las aseguradas del programa IMSS-Bienestar.
Perú, Seguro Social de Salud (EsSalud)

Prestación de servicios durante y después del embarazo por la red de atención de salud Juliaca.
Faltaban procesos de seguimiento efectivos y homogéneos para las mujeres embarazadas de alto riesgo. Era necesario integrar procesos de varios departamentos y hospitales para mejorar la garantía de calidad. Se ha introducido un proceso administrativo más dinámico que sigue de cerca a las mujeres con mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo gracias a una aplicación basada en Excel e integrada con la base de datos de la Oficina de Planificación y Calidad. Un folleto con una lista de verificación ha permitido realizar controles prenatales estandarizados utilizando herramientas informáticas. También se han distribuido a las mujeres aseguradas folletos informativos sobre salud materna en español, quechua y aimara.

Eliminación de los obstáculos de acceso: Procesamiento en línea de las solicitudes de prestaciones de maternidad y natalidad

En el actual contexto de las medidas de distanciamiento físico impuestas a raíz de la pandemia de COVID-19, los trámites administrativos presenciales se han transformado en procesos en línea. La necesidad de reducir las interacciones en persona ha generado una importante tendencia a los servicios electrónicos, que incluye la adopción de la telemedicina. Las prestaciones de maternidad no son una excepción.

Esta nueva era de servicio ha acelerado el traslado hacia bases de datos integradas e interoperables que permiten realizar verificaciones y evaluaciones automáticas de la elegibilidad para las prestaciones y, en última instancia, mejoran el acceso a los servicios. En el cuadro C figuran ejemplos de dichas medidas. En el Perú, por ejemplo, la prestación sin trámites para madres lactantes de EsSalud ahora se abona automáticamente en los bancos locales porque los registros del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil ya están vinculados con la base de datos de EsSalud.

Cuadro C. Facilitación del acceso a las prestaciones de maternidad
Institución Antes Ahora
México, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)

Procesamiento de las licencias de maternidad y por COVID-19 a través de plataformas electrónicas
Se exigían visitas en persona a un centro médico para solicitar una extensión de la licencia de maternidad. Proceso en línea para extender la  licencia de maternidad, a fin de reducir la necesidad de salir del domicilio, la presencia en los espacios públicos y la eventual exposición al coronavirus.
Perú, Seguro Social de Salud (EsSalud)

Prestación para madres lactantes sin trámites burocráticos: apoyo a los cuidados neonatales gracias a una prestación financiera oportuna
Entre 30 y 60 días después del nacimiento, la mujer se presentaba en persona ante el Registro Nacional de Identificación y Estado  Civil para cumplimentar un formulario. La prestación monetaria para madres lactantes se confirma automáticamente en un plazo de 72 horas después del nacimiento, gracias al sistema nacional de registro electrónico de nacimientos. Las prestaciones se abonan en determinados bancos.

Conclusión

Como lo demuestra este artículo sobre las buenas prácticas recientes en las Américas, los enfoques de las instituciones de seguridad social que integran una perspectiva de género pueden contribuir de modo significativo a mejorar la igualdad de género. Las instituciones de seguridad social de las Américas reconocen la necesidad de proteger y responder a las necesidades de las mujeres.

La mejora de la prestación de servicios teniendo en cuenta la perspectiva de género y la eliminación de los obstáculos que impiden el acceso a la seguridad social son medidas necesarias e importantes. Sin embargo, para abordar las causas profundas de las desigualdades de género son necesarias acciones integrales y multisectoriales. Se deben superar muchos desafíos, como la brecha salarial de género, el reconocimiento del trabajo no remunerado, la contabilización de los ingresos no percibidos durante el tiempo de cuidado de los hijos y otros miembros de la familia, y la igualdad en el nivel de las prestaciones de hombres y mujeres, especialmente en las pensiones de vejez.

Si bien muchas de estas cuestiones van más allá del mandato de las instituciones de seguridad social, estas pueden asumir un papel central en el marco de un enfoque multisectorial gracias a su capacidad operativa. Las campañas de sensibilización, los talleres sobre las desigualdades de género y las medidas para mejorar el acceso a las prestaciones de maternidad son medidas que toman la dirección correcta en el largo camino hacia la igualdad de género.