Crisis del COVID-19: una atención renovada a los regímenes de prestaciones de enfermedad

Crisis del COVID-19: una atención renovada a los regímenes de prestaciones de enfermedad

Los regímenes de prestaciones monetarias de enfermedad han sido históricamente de los primeros regímenes de seguridad social en implementarse. A medida que evoluciona la crisis del coronavirus, estos regímenes están recibiendo una atención renovada y los gobiernos los están ampliando considerablemente.

El objetivo original de los regímenes de prestaciones monetarias de enfermedad es proporcionar ingresos de sustitución y evitar la pobreza en situaciones temporales de mala salud, a fin de permitir una recuperación completa antes de regresar al trabajo y también de reducir los riesgos para los empleadores. Este régimen satisface de manera directa las necesidades tanto de los trabajadores como de los empleadores.

Debido al cambio de enfoque en  la financiación, la prestación y la reforma de los servicios de salud, en los últimos años se ha prestado escasa atención a las prestaciones monetarias de enfermedad. Por lo tanto, resulta especialmente significativo que, este régimen de prestaciones de corto plazo sea una de las principales herramientas que adoptan los gobiernos para hacer frente a las repercusiones económicas, sociales y sanitarias  de la crisis del coronavirus.

En el marco de estas estrategias nacionales dirigidas a contrarrestar los efectos del COVID 19, las prestaciones monetarias por enfermedad son instrumentos fundamentales para alcanzar los objetivos siguientes:

  • retrasar la propagación del virus al permitir, desde el punto de vista financiero, que las personas permanezcan en sus hogares en caso de infección por coronavirus, cuarentena o síntomas similares a los de la gripe;
  • compensar los efectos secundarios de las restricciones impuestas a toda la sociedad, mediante, por ejemplo, el aseguramiento de unos ingresos constantes a los progenitores que deban dedicarse al cuidado de los hijos debido al cierre de las escuelas;
  • ayudar a las empresas mediante la reducción de sus obligaciones financieras y los gastos en recursos humanos, como una medida complementaria a los regímenes de trabajo de jornada reducida y de desempleo parcial;
  • prevenir la pobreza y evitar la pérdida de empleos debido a la ausencia del trabajo.

Estos objetivos sobrepasan con creces el propósito original de los regímenes de prestaciones monetarias por enfermedad. Desde el inicio de la crisis del coronavirus, varios gobiernos han adaptado la cobertura, el alcance, las condiciones de elegibilidad y los criterios de aplicación de este régimen. Concretamente, se pueden observar las medidas siguientes, aplicables, por lo general, a los trabajadores afectados directa o indirectamente por el coronavirus únicamente:

  • ampliar el acceso al régimen de prestaciones de enfermedad a los trabajadores que hasta ahora no estaban cubiertos y buscar soluciones para proporcionar cobertura a los trabajadores por cuenta propia;
  • aumentar los niveles de las prestaciones y prolongar el pago;
  • introducir nuevos criterios de elegibilidad distintos de los relativos a la incapacidad para trabajar evaluada médicamente:
  • criterios relativos a la prevención: aplicables a las personas en cuarentena sin síntomas, a aquellas con síntomas leves similares a los de la gripe y a aquellas con condiciones médicas preexistentes;
  • criterios relativos a los cuidados: aplicables a los progenitores cuyos hijos estén afectados por el cierre de las escuelas y que carezcan de la posibilidad de teletrabajar;
  • criterios económicos: aplicables a las empresas que se vean obligadas a conceder permisos a sus empleados debido a la disminución de la demanda (en los países en los que no existan las prestaciones de desempleo);
  • flexibilizar las condiciones de elegibilidad:
  • suspender los períodos de espera para acceder a las prestaciones;
  • eliminar el requisito de presentar un certificado médico o someterse a un examen físico por un médico;
  • flexibilizar los requisitos administrativos:
  • posibilidad de presentar electrónicamente las solicitudes de prestaciones sobre la base de un autodiagnóstico o de una consulta telefónica o en línea con un profesional médico;
  • posibilidad de aceptar solicitudes y realizar pagos de manera retroactiva en beneficio de las personas en cuarentena, aunque estas no presenten una solicitud de prestaciones completa;
  • reducir los costos para el empleador derivados de las obligaciones de conceder permisos remunerados:
  • eximir a los empleadores de la obligación impuesta en algunos países de conceder permisos remunerados durante un período determinado en espera de que se hagan efectivas las prestaciones de enfermedad;
  • de no aplicarse dicha exención, reembolsar los costos de los permisos remunerados mediante deducciones fiscales o pagos directos.

Algunos gobiernos han adoptado una o varias de estas medidas. En Irlanda, por ejemplo, se ha suspendido el período de espera para acceder a las prestaciones monetarias de enfermedad para las personas infectadas por el coronavirus o que deban aislarse por motivos médicos. Además, se ha aumentado sustancialmente la cuantía de las prestaciones. Otros países en los que se ha suspendido el período de espera son Dinamarca, Canadá, Suecia y los Estados Unidos de América.

Algunas de las medidas adoptadas en Japón son la ampliación del acceso a las prestaciones monetarias por enfermedad para las personas en cuarentena o a las que se haya diagnosticado positivo el coronavirus, y la eliminación del requisito de presentar un certificado médico en estos casos. En España también se han adoptado medidas especiales en relación con los trabajadores por cuenta propia en cuarentena o infectados por el coronavirus, a fin de garantizarles sustitución de ingresos.

En Francia, la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad (Caisse nationale de l'assurance maladie), que ha reaccionado con prontitud, ha creado un sistema en línea para solicitar las prestaciones de enfermedad. Entre otras medidas, se han extendido los regímenes de prestaciones de enfermedad a los progenitores que se hayan visto obligados a permanecer en sus hogares para cuidar de los hijos y que no cuenten con la posibilidad de teletrabajar. En estos casos, no se aplican los períodos de espera ni se requiere el cumplimiento de las condiciones de elegibilidad.

Las instituciones de seguridad social desempeñan un papel esencial en la aplicación de estas medidas y, con frecuencia, son el primer punto de contacto para los trabajadores y los empleadores. Las instituciones miembros de la AISS están realizando esfuerzos considerables para hacer frente al aumento sustancial del número de solicitudes de prestaciones monetarias de enfermedad y adaptarse rápidamente a los cambios en las condiciones de elegibilidad. Algunos ejemplos de estas medidas son la simplificación de los sistemas de solicitud en Francia, las evaluaciones médicas por teléfono o por Internet en Alemania y Noruega, y la refuerzo de los canales de información y contacto en línea en Italia.

Para obtener más información y acceder a otros ejemplos, sírvase consultar el Monitor de la AISS.